A Fernando Ismael le arrebataron su vida a los cuatro años de edad. Su crimen ocurrió el 12 de mayo de este año en Conchagua, La Unión. Se presume que era hijo de un pandillero y lo mataron en venganza porque su papá se corrió cuando otros pandilleros de su misma mara lo querían asesinar.
Mario M., tenía 12 años de edad y también le quitaron la vida por motivos desconocidos. Sucedió en Santa Ana. El menor se dedicaba a ayudarle a su familia en las tareas agrícolas.
Ricardo a sus 12 años de edad se dedicaba a vender pan francés para ayudar al sostén en su familia. Lo asesinaron en la colonia San Felipe de Ilopango.
A Luis M. solo le permitieron vivir 12 años. Él fue asesinado junto a cinco de sus familiares, la mayoría de entre 20 y 25 años de edad. Entre las víctimas habían dos mujeres.
Sus cuerpos aparecieron a la orilla del kilómetro 174 de la carretera Litoral en San Miguel.
Las historias anteriores corresponden a víctimas de la violencia que en los primeros cinco meses de este año había dejado 1,408 personas asesinadas. El informe de Medicina Legal no contempla la ocupación, oficio u profesión de las víctimas. Aunque las autoridades policiales aseguran que la mayoría de las personas asesinadas eran pandilleros o tenían algún vínculo con esos grupos ilegales.
De las 1,408 víctimas, 718 tenían entre 15 y los 29 años de edad, según el Instituto de Medicina Legal (IML).
Hubo 32 niños de menos de un año hasta 14 años de edad que fueron víctimas de la violencia.
El informe detalla que el rango de 20 a 24 años de edad es el que tiene la mayor cantidad de víctimas de homicidios. Los registros del IML detallan que la violencia acabó con la vida de 266 personas que rondaban entre ese rango de edad.
La vida truncada de Treman Adonay Cardona, con 24 años de edad, es un claro ejemplo de que los jóvenes con mucho futuro están siendo víctimas de la violencia irracional que en su mayoría las autoridades le atribuyen a las pandillas. Cardona fue asesinado la tarde del 5 de abril por un ladrón de motos.
La víctima detuvo su motocicleta para preguntarle a su verdugo, sin saberlo, una dirección.
El individuo en vez de orientarlo para que llegara a su destino, trató de robarle la moto.
Cardona se opuso y el delincuente le asestó un balazo en el tórax.
Otro caso similar es el de Gustavo Alejandro Arias Aquino, recién egresado de la Escuela de Artes de la Universidad de El Salvador (UES).
Arias Aquino, con 25 años de edad, fue asesinado el 22 de junio pasado por unos hombres con quienes se reunió para la compra de un vehículo.
Su cadáver apareció en final de la calle Juan Mora de la colonia Costa Rica, en la capital.
Por segmentos, el grupo de edad con el mayor número de víctimas es el de 15 a 19 años con 249. Asi también, 203 personas asesinadas tenían entre 25 y 29 años de edad.
Otro dato significativo revelado por las cifras del IML es que las personas entre las edades de 30 a 44 años también están más expuestos a ser víctimas de la violencia.
Las cifras detallan que del total de personas asesinadas en los primeros cinco meses de este año, 419 eran víctimas que rondaban esas edades.
Y hay un segmento muy significativo de víctimas de la violencia. Son 138 personas asesinadas con más de 50 años de edad, 31 de las cuales eran mayores de 65 años.
Como ejemplo de ese tipo de crímenes en contra de adultos mayores fue el caso de los esposos José Efraín Guevara Gómez, de 66 años; y Ana Griselda García de Guevara, de 64. Ellos fueron asesinados el 16 de mayo frente a su casa situada en la colonia Santa Lucía de Ilopango.
Las autoridades policiales dijeron preliminarmente que habían sido asesinados porque no se dejaron extorsionar por parte de las pandillas. Ellos tenían una tienda para subsistir.
Ese mismo día se registró el crimen de otra persona de la tercera edad. José Adilio Orellana, de 62 años, acribillado a balazos en el cantón Melara de La Libertad. No se supo la razón por la que lo mataron.
Las autoridades policiales creen que los móviles que rodean los crímenes en contra de adultos mayores es porque han tenido algún problema con pandilleros, porque han colaborado con la Policía, no se han dejado extorsionar o porque son familiares de policías o soldados.
Panchimalco es el municipio más violento
Aunque Panchimalco solo haya tenido 34 homicidios desde el uno de enero hasta el 25 de junio pasado, es el municipio más violento del primer semestre de este año, de acuerdo a la tasa acumulada por cada 100,000 habitantes.
Después de Panchimalco, que tiene una población de 41,260 habitantes según el censo del 2007, le sigue San Martín con una tasa de 47 crímenes por cada 100,000 habitantes.
No obstante, ese municipio tiene una población de 72,758 habitantes.
Como tercer municipio más violento aparece Apopa con una tasa de 37 homicidios por cada 100,000 habitantes. San Salvador, la ciudad capital, aparece como el cuarto municipio más violento para este semestre. Registra una tasa de 32 homicidios por cada 100,000 habitantes, a pesar de que tiene una población de 316,090 residentes.
San Salvador es el municipio con la mayor cantidad de asesinatos en el primer semestre de este año.
En estos seis meses en San Salvador se han cometido 102 asesinatos; mientras que en Soyapango se registraron 68 crímenes.
Los otros ocho municipios con mayor cantidad de crímenes son San Miguel, Apopa, Mejicanos, Panchimalco, San Martín, Ciudad Delgado, Ilopango y Santa Ana.
Algunos de esos municipios están incluidos en el Plan El Salvador Seguro. Ocho de los municipios con la mayor cantidad de crímenes pertenecen a San Salvador.
Mayoría de crímenes en plena vía pública
La mayor cantidad de los 1,711 homicidios registrados entre el uno de enero hasta el 25 de junio pasado, tuvieron como escenario la vía pública, predios baldíos, terrenos, quebradas, ríos, parques, canchas de fútbol, fincas, haciendas, y las carreteras.
El informe del IML detalla que 1,078 personas fueron asesinadas en esos escenarios.
Por ejemplo, a 315 víctimas la asesinaron en la calle o en la vía pública.
Los cadáveres de otras 219 víctimas aparecieron en terrenos y 42 más en predios baldíos. A ocho víctimas las asesinaron en una cancha de fútbol; mientras que a 101 personas en cañales, fincas y haciendas.
En tanto los cadáveres de 67 personas fueron abandonados en las distintas carreteras del país. La mayoría estaban dentro de bolsas plásticas o sábanas. Además de atadas de pies y manos, la mayoría con impactos de bala en la cabeza.
Los otros 330 asesinatos tuvieron como escenarios casas, autobuses, pupuserías, cervecerías, y otros sitios.
De los 330 crímenes, 202 se cometieron en casas particulares, ya sea porque la víctima residía ahí o porque estaba de visita. El mes de junio se convirtió en el más violento con más de 300 homicidios.
Las autoridades de Seguridad Pública han interpretado ese incremento de la violencia y en especial la que generan las pandillas considerados como grupos terroristas, la existencia de un pugna interna en la MS por disputas del dinero que recolectan a raíz de las extorsiones.