Los partidos y los jóvenes

¿Cómo esperan que jóvenes educados, con nuevos sueños, empaten con un discurso esquizofrénico (despegado de la realidad) y un actuar desatinado?

descripción de la imagen

Por

01 July 2016

¿Qué tienen de común Abril Galeas y Marcela Recinos? Ambas son jóvenes de una generación que no vivió la guerra. La estudiaron en la escuela. Cuando yo estudié la Segunda Guerra Mundial, entonces se enseñaba en sexto grado, me parecía un evento que había ocurrido en un remotísimo pasado. 

Pero hoy al hacer cuentas, en realidad solo habían pasado 23 años desde el fin de la guerra, cuando mi maestra, doña Juana Clelia de Moreno, nos contaba con pasión y gracia el desembarco de los aliados en Normandía. 

Al hacer esta relación temporal, caigo en la cuenta que la guerra interna para mi tan reciente, son para Abril Galeas y Marcela Recinos, cosas que pasaron hace muchos años. Historia. Lo mismo que para mi era la Segunda Guerra Mundial. 

Otro aspecto que tienen en común Abril Galeas y Marcela Recinos es que a pesar de que ambas decidieron estudiar Ciencias Políticas, la primera en una universidad estadounidense y la segunda en una mexicana, no se sienten para nada identificadas con los partidos políticos del país. Ya en una conversación con Juan Marcos Flores, el hijo del ex presidente Flores, me dijo lo mismo: “No me siento identificado con ninguno de los partidos políticos del país”. 

Años más, años menos, Abril Galeas, Marcela Recinos y Juan Marcos Flores, son parte de la nueva generación de salvadoreños que en breve ha de tomar las riendas de nuestro país. Por ahora solo votarán. Pero Juan Marcos ya se graduó de antropología y filosofía, Abril está en su último año y Marcela comienza la aventura. En un decir Jesús, serán ellos y muchos como ellos y jóvenes como ellos los que estarán a cargo.
¿Qué tipo de país recibirán de nosotros como herencia? 

Me encanta hablar con los jóvenes, sobre todo los talentosos. Los tres que he mencionado al igual que Ricardo Avelar, joven y agudo columnista de este periódico, licenciado en ciencias políticas por la Prestigiosa Marroquín de Guatemala y Sergio Rodríguez Ávila, que tampoco tienen una clara militancia política, tienen otra cosa en común, aún más sorprendente: están empapados hasta la médula de esa corriente de pensamiento, tan glorificada a veces, y a veces tan denostada, llamada liberalismo. Hablando de tanto en tanto, con estos jóvenes, sobre todo con Abril que es mi hija menor y con Juan Marcos el hijo de un gran pensador liberal, trato de entender su desencanto con nuestros partidos, sobre todo ARENA y FMLN, los más grandes. 

Escuchándolos con atención, he llegado a la conclusión que ambos partidos viven un desfase histórico. Están aferrados a pensamientos, planteamientos y actitudes que nada tienen que ver con el sentir, pensar y los sueños de estos jóvenes que irán a votar en las próximas dos elecciones. 

El FMLN tiene en su cúpula cuadros con 20 años de experiencia política militar, 24 de experiencia política electoral y siete años en el gobierno. Se las saben de todas, todas. Aprendieron todas las mañas para mantener “la sartén por el mango”, como dice Medardo. Y ambas cosas, esa vasta experiencia acumulada, y el saberse dueños del poder político, son también su mayor debilidad. 

Se han vuelto altaneros, prepotentes, represivos, insensibles. Las antiguas fuerzas reales que dieron vida a esa organización ahora o ya no existen, o ya no quieren saber nada de esa cúpula. La base popular del FMLN se reduce a una robusta señora asalariada y unas decenas de gritones que protestan hasta contra lo que no saben. 

El FMLN ha perdido contacto total con la realidad. Prueba de ello son las dos pifias recientes: la oferta de ayuda a los “ninis”, para lo cual ni siquiera tienen fondos y la otra es el incremento en la tarifa eléctrica con el argumento de que es necesario para la inversión social. Solo una mente muy básica o muy cínica, o ambas, puede alegar que para ayudar al pobre hay que joder al pobre. 

¿Cómo esperan que jóvenes educados, con nuevos sueños, empaten con un discurso esquizofrénico (despegado de la realidad) y un actuar desatinado? He hablado de algunos jóvenes, claro, pero el sentimiento en esos estratos es generalizado. En la otra columna algunas reflexiones sobre ARENA de cara a las dos próximas elecciones. Reflexiones que se desprenden de las conversaciones con estos jóvenes. 
    
*Columnista de El Diario de Hoy