Sean héroes: un mensaje para Javier Simán y Carlos Calleja

Los partidos políticos han fracasado y las encuestas lo demuestran. La gente está harta de la corrupción y aburrida de ver politiqueros enriquecerse a costa de nuestros impuestos. Ustedes, en cambio, tienen un pasado intachable y un futuro prometedor.

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Por Elizabeth Castro

08 July 2017

Vivimos en un país en el que muchas veces la alegría parece desaparecida y la desesperanza vencedora. Los salvadoreños vivimos cada día más sumidos en la violencia, la pobreza y la falta de educación. El Gobierno está dormido y, en su letargo, los políticos de turno hacen todo su esfuerzo para irse con los bolsillos llenos.

La apatía de tanta gente buena es uno de los problemas más serios. Tenemos un partido de izquierda que en ocho años ha llevado todos los índices de desarrollo a rozar los mínimos, dando vergüenza ante la comunidad internacional. Tenemos un partido de derecha que tuvo muchas cosas buenas, pero que también dio y sigue dando vergüenza de corrupción y falta de apertura.

No todo es negro. Al final del túnel se vislumbra una luz que vale la pena que se haga realidad. Aparecen Javier Simán y Carlos Calleja como posibles candidatos de la derecha. Empiezan su carrera por la candidatura de una manera interesante, con plataformas de consulta ciudadana para conocer de primera mano la opinión y necesidades de los salvadoreños.

Me llena de esperanza ver a dos empresarios exitosos buscando la candidatura presidencial, personas académicamente muy preparadas, capaces, con sensibilidad humana y de una notoria moralidad.

Estos empresarios tienen la historia en sus manos. Son la esperanza de todo un país que clama por un mejor nivel de vida. Bien dijo aquel pensador irlandés del siglo XVIII que para que el mal triunfe basta con que los buenos no hagan nada.

Dr. Simán y Lic. Calleja: ustedes son la esperanza de una juventud sin futuro y de sus acciones dependerá el bienestar de cientos de miles de familias salvadoreñas.

La situación actual no nos permite el lujo de prescindir de ninguno de ustedes. No quiero creer que no pueden trabajar juntos, por la estúpida razón de que los grupos empresariales que los respaldan no se ponen de acuerdo o difieren en quién debe mandar.

El Salvador no les pertenece a ellos. No se presten a su juego. Si bien es claro que un partido necesita donantes, no dejen que se impongan viejas prácticas que tanto mal han hecho a ARENA y al país en las últimas décadas.

Ustedes son de otra generación, tienen la capacidad de liderar equipos y cambiar al país. No necesitamos líderes mesiánicos que suban los pies al escritorio para ser fotografiados, sino personas que, como ustedes, sirvan a su gente con honradez. No nos decepcionen y hagan equipo por tantos que nos llenamos de esperanza en un mejor mañana, solo con imaginar la posibilidad de tener gente como ustedes en la palestra pública.

No caigan en el juego de poder. Rodéense de gente preparada y experimentada, pero sobre todo, honesta, jóvenes y no tan jóvenes, como lo hacen en sus empresas, con los mejores.

La política no es un negocio, es un servicio. No se vean desesperados, acompañándose de personas de moralidad cuestionada, solo para ganar el apoyo de las bases. Cierren filas y únanse, pues no podemos permitirnos una división.

Los partidos políticos han fracasado y las encuestas lo demuestran. La gente está harta de la corrupción y aburrida de ver politiqueros enriquecerse a costa de nuestros impuestos. Ustedes, en cambio, tienen un pasado intachable y un futuro prometedor. Devuelvan la fe a esta nación que sufre incrédula en un mejor mañana. Claramente, lo que están haciendo, demuestra su compromiso con la historia y con todos nosotros.

Al final de cuentas, no importa quién sea el candidato. Sean fórmula. Juntos son invencibles. No teman las ideas diferentes. Al final los dos quieren lo mismo: un mejor El Salvador. El país está sangrando y con bajos signos vitales. Realmente no importa quién conduzca la ambulancia, siempre y cuando vayan ustedes dos dentro de ella para salvarlo.

Esto no es algo que se me ocurrió a mí, ni una ilusión, sino un clamor popular. Lo he escuchado por todo el país, de gente de todas las edades. Qué lujo de candidatos serían.

Los salvadoreños, sus hermanos, los necesitamos juntos. No nos defrauden.

*Jaime Funes Bravo

Colaborador de El Diario de Hoy