Estados Unidos vio aumentar el número de menores de edad detenidos tras cruzar su frontera irregularmente entre 2015 y 2016. Pero esa cifra podría ser aún mayor si México no sirviera como filtro para impedir que miles de niños y adolescentes salvadoreños alcancen a llegar a la frontera Sur de Estados Unidos.
Entre enero de 2012 y junio de 2016, las autoridades mexicanas han devuelto a El Salvador 16,514 niños y adolescentes que viajaban de forma irregular. Todas las cabeceras departamentales del país ocupan los primeros lugares en la lista de sitios de origen de estos migrantes. San Salvador, San Miguel y Usulután ocupan los primero lugares. San Vicente, Santa Ana, Sonsonate, Zacatecoluca, Ilobasco y La Unión les sigue en la lista. Así lo muestran datos proporcionados por la Oficina de Información y Respuesta de la Dirección General de Migración y Extranjería. Focus Data, la Unidad de Datos de El Diario de Hoy, analizó estos números y encontró que, cada año, el fenómeno de la migración de menores de edad disminuye entre los meses de enero y mayo, pero tiene un repunte entre junio y diciembre.
Para comprender de alguna forma este fenómeno, se visitó algunos de los municipios con más menores de edad deportados y el Centro de Atención al Migrante donde cada martes y viernes, dos o tres buses repletos de niños y adolescentes, acompañados y no, terminan el viaje de retorno. Un viaje que frustra el sueño de llegar a Estados Unidos, ya sea para reunirse con sus padres, para tener mejores oportunidades de estudio o, más importante aún, para librarse de las amenazas y el acoso de las pandillas.
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