Los motores calientan para las elecciones de 2018 y 2019. No hay forma que nos libremos de la campaña anticipada más larga de la historia para una elección presidencial. Ya están contratados los asesores de imagen, redes sociales y oratoria. Serán las agencias de publicidad las que se encargarán de terminar de empaquetar las frases e imagen de los candidatos en un plan de medios completo. Esto es, sin duda, parte de la campaña y la mejor campaña ganará. No me agrada que sean las emociones las que definan las elecciones, y no las propuestas y capacidad de ejecución real que tengan los candidatos; sin embargo, es algo que he llegado a comprender como parte de la naturaleza humana.
Me inquieta, y francamente a veces incluso me desespera, escuchar frases repetirse y repetirse sin cansar, como si su repetición fuera un conjuro que por arte de magia hará que las cosas pasen. Se las repito para ubicarlos a qué me refiero: “necesitamos un plan de país” y “debemos abandonar la polarización”. Yo creo que las frases son fundamentalmente correctas, pero me suenan como uñas rasgando una pizarra cuando son repetidas con el simple objetivo de sonar ecuánime, apolítico o independiente. Realmente pocos se detienen a reflexionar, porque no tenemos una visión unificada del país y porque esos acuerdos, a pesar de legendarias mesas y comisiones de trabajo, desarrollo, convivencia y muchos otros nombres que se han usado, llena de notables, no han logrado que nuestro país se una alrededor de una ruta de vuelo específica.
Les propongo que hay tres elementos que hacen falta en nuestra sociedad, lo cual no permite llegar a una visión de país unificada. Estos son Educación, Justicia y Equidad. Educación de clase mundial, que permita a cada salvadoreño aspirar a cualquier trabajo en el mundo, es lo que realmente debemos proveer. No se trata de graduar a los niños de las escuelas públicas con el limitado conocimiento que siempre se les ha proveído.
Debemos aspirar que los niños entren curiosos a las escuelas y salga inspirados al graduarse. Esto solo se logra con una infraestructura robusta, profesores capacitados y bien pagados, y un currículo académico que anticipe el futuro que les espera en un mundo cada día mas competitivo y globalizado.
Necesitamos una sociedad con la mejor educación, para poder cuestionar las ideologías, propuestas, y campañas que alimentan la polarización y así movernos hacia delante para entablar una discusión sobre el futuro del país. Al mismo tiempo, debemos buscar justicia, y esto implica igualdad y eficiencia en la aplicación de la ley, entre otras cosas. No podemos solo hablar de movernos hacia delante, como sugiriendo que olvidemos los crímenes y corrupción del pasado. La reparación y restitución de crímenes, sobre todo de corrupción, es fundamental para poner la vista unificada en el futuro.
Los corruptos que han penetrado a la política siempre buscarán que exista impunidad y esto no solo es una barrera para el desarrollo, sino que frustra a las mayorías que con poco criterio, por falta de educación, inevitablemente tomarán un bando o ideología, lo cual aumenta la polarización y evita que lleguemos a acuerdos de país.
Finalmente, debemos construir una sociedad con mayor equidad, lo cual no quiere decir disminuir la riqueza de todos para igualarnos en la miseria, sino concentrarnos en establecer las condiciones que proveerán una vida digna para todos, combatiendo la pobreza. Sin duda las teorías de crecimiento económico como única formula para disminuir pobreza e inequidad deben ser cuestionadas. Aun cuando no soy proponente de un Estado grande y rechazo todo tipo de populismo, considero que las políticas públicas y regulación de cualquier gobierno, deben estar enfocadas en proveer a los salvadoreños en pobreza, ayuda para salir de su condición de una manera eficiente. Esto requiere de manera paralela, solidaridad de los que más tienen y eficiencia en la administración de los recursos por parte del gobierno.
Sin Educación, Justicia y Equidad, tendremos una sociedad que no podrá ponerse de acuerdo en el futuro. Surgirán superhéroes, príncipes y campeones que solo harán promesas para llegar al poder. Ganarán elecciones por unos cuantos votos, pero no podrán reunir a todos los ciudadanos alrededor de una visión de país que tanto necesitamos.
*Colaborador de El Diario de Hoy.
@luisportillosv