Respuesta al artículo de opinión “Carta a los areneros: Aprendan de Ángela Merkel”, del 1 de julio de 2017.
Estimado Paolo:
Aunque pocas veces he escrito sobre política, porque me interesa poco, tengo que decir que tu opinión del sábado pasado me dejó con ganas de hablar y de intentar aclarar algunas ideas. Es difícil hablar de ser demócratas en el mismo sentido que pueden llegar a serlo los alemanes, una población significativamente distinta en cuanto a la educación y capacidad de decidir qué es lo mejor para la sociedad en general.
Me gustaría saber, ¿qué significa flexibilizar la prohibición del aborto? Si se parte del principio de que se trata de quitarle la vida a un inocente, ¿dónde estaría la fuerza de un partido que en lugar de defender la vida, diga que está dispuesto a cambiar de opinión con tal de ganar una mayoría de votos para gobernar? Si la unión hace la fuerza, me parece que la solución está al revés de lo que hizo Merkel, pues se trata de defender unos valores y derechos, con personas que evidentemente los defiendan de la misma manera, en lugar de dejar que sean personas individuales con ideas nuevas, poco fundamentadas y en muchos casos equivocadas, que lo único que pueden provocar es una desunión a largo plazo.
Me gusta la referencia que haces a los votantes duros, supongo que son aquellos con verdaderas convicciones y que no se dejan llevar por “tendencias de la historia”, que quizás podríamos llamar deformaciones de quienes no tienen las ideas claras. Si el objetivo de Merkel fue llegar al gobierno sin importarle los medios, supongo que lo consiguió, llegó allí cediendo a lo que hiciera falta con tal de ganar.
El juego de Merkel, de ceder pero “razonar” a última hora y votar en contra, me parece arriesgado, y esa falta de sensatez la vimos ya hace pocos meses en el primer ministro británico, que por un interés democrático tomó la mala decisión de sacar a Reino Unido de la Unión Europea. Si los británicos, gente culta y civilizada con años de historia y tradición no supieron votar en pleno siglo XXI, donde la información está a la orden del día y donde podrían haber investigado en qué consistía la separación por la que votaron, ¿qué podemos esperar de nuestra sociedad, donde lamentablemente todavía hay mucha ignorancia y falta de decisión para votar?
Si lo que cada partido quiere es ganar credibilidad, probablemente lo primero que tienen que hacer es mantenerse firmes en sus convicciones, unidos, sin que el motor de sus decisiones sea externo, o reflejo de una tendencia poco clara y con muy poco que aportar a la verdad.
San Salvador, 4 de julio de 2017.
*Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas. Doctora en Comunicación por la Universidad de Navarra