ARENA: la gran oportunidad

Debe pensar en abrir más sus filas con un discurso fresco, esperanzador, moderno, incluyente y sobre todo creíble.  

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15 July 2016

La velocidad con la que ocurren las cosas en el país, no da respiro a nadie. Vamos de sobresalto en sobresalto. Las sentencias de la Sala de lo Constitucional merecen una reflexión sobre las consecuencias que pueden desencadenar. Sobre todo la que declara inconstitucional la Ley de Amnistía de 1993. 

Pero estaba platicando sobre ARENA el sábado pasado y prometí continuar este sábado. Decía que el principal partido de oposición parece ensimismado. No se percibe que se esté comportando como una verdadera oposición. Es decir, la gente no siente que haya un abogado que los esté defendiendo, en materia política, de los continuos abusos del gobierno. 

Las encuestas lo confirman. Aunque todos los partidos han sufrido un serio desgaste en los últimos meses, el de ARENA parece un poco más pronunciado que el del FMLN. Es sorprendente porque el gobierno lo está haciendo muy mal. La buena noticia es que el desgaste de ARENA no lo han capitalizado otros partidos políticos. 

Simplemente la gente dice que no se siente identificada con ningún partido. De manera que lo que las encuestas del momento nos dicen es que el FMLN tiene un voto duro muy disciplinado. Poquito ahora, pero allí va. A esto habría que sumarle las respuestas de muchos empleados públicos que se siente agradecidos, o intimidados o que por cualquier otra razón responden de manera favorable al FMLN a los encuestadores. 

Con todo, ARENA tiene la gran oportunidad de ganar las próximas dos elecciones. Los dos períodos del FMLN han sido negativos. Bastaría citar algunas cifras en materia macroeconómica, observar el clima de negocios, y el estado de ánimo de la población en general para que ni siquiera haya lugar a un debate sobre lo afirmado. Los del FMLN son definitivamente, malos gobiernos. 

La gente, en las próximas dos elecciones va a querer cambiar, castigar, darle vuelta a las cosas. Y ARENA sigue siendo la alternativa. Solo que para que el descontento se convierta de manera masiva e incuestionable en votos de la oposición y no en abstención ARENA tiene que moverse. Actuar de manera audaz. 

Muy audaz. Porque para derrotar al FMLN no basta con ganar las elecciones. Hay que ganarlas de manera abrumadora. Tan abrumadora que no deje espacio para el manoseo, ni las triquiñuelas de los partidos chavistas. Pero para despertar el entusiasmo del electorado, llenarlo de esperanza, empujarlo a marcar en la bandera de ARENA, no basta repetir las mismas frases y canciones que prendieron en la gente hace 30, 20 o 10 años. 

Todo cambia con el tiempo. Lo que ayer era nuevo, hoy es viejo. Cuando la Unión Soviética era una amenaza real, y la revolución comunista era más que fantasma que no solo recorría media Europa, sino el mundo entero, el grito de Patria Sí Comunismo No, hacía vibrar a los conservadores.

 Pero ahora el comunismo no existe. Eso que se llama socialismo del siglo XXI es solo una pésima caricatura de lo que fue aquello que Ronald Reagan llamó “El Imperio del Mal”, además el chavismo está en retirada en todas partes. Los nuevos votantes no conectan, pues, con ese tipo de lemas. A estas alturas el problema del FMLN no es que sean comunistas. Que lo son. 

El problema es que no sirven para gobernar y que además se quieren quedar para siempre en el poder. Irónico pero así es. Entonces el adversario no es el comunismo marxista, al que hay que enterrar para que se salve la América inmortal. Menuda misión. Se trata de ir a votar masivamente para cambiar a un pésimo gobierno para salvar a El Salvador. Nada más.

 ARENA debe atraer a la gente que no se identifica con canciones, discursos y menos con acciones que incitan a la exclusión total del otro y menos a la violencia. Debe pensar en abrir más sus filas con un discurso fresco, esperanzador, moderno, incluyente y sobre todo creíble.
ARENA no puede darse el lujo de que por un afán de aferrarse al pasado se arruine el futuro de millones de salvadoreños. Afortunadamente, la actual dirección de ese Instituto ha logrado abrir muchas ventanas. Pero la tarea de convertir a ARENA en las esperanza de las mayorías ni siquiera ha comenzado en serio. 

 ARENA está pues frente a la gran oportunidad.

    
*Columnista de El Diario de Hoy.