Su rostro reflejaba mucho cansancio, las múltiples actividades que realizó durante las últimas semanas y haber volado por más de 10 horas entre El Vaticano y El Salvador, le pasaron factura. Pero a pesar de ello, la característica voz suave del cardenal Gregorio Roza Chávez tuvo en todo momento palabras de fe para quienes lo esperaban, acompañadas de una sonrisa.
Tras su llegada al Aeropuerto Internacional Óscar Arnulfo Romero, a las 7:30 de la mañana, Rosa Chávez se reunió con el presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén.
Afuera de la terminal aérea decenas de feligreses le esperaron con ansias, muchos con cámaras o sus celulares listos para captar el momento cuando el religioso se dirigiera al auto que lo llevaría hacia San Salvador.
Mientras los feligreses esperaban, los cánticos religiosos sonaban a todo volumen, algunos miembros de la comunidad católica alzaban pancartas con diferentes mensajes de bienvenida.
Cuando el calor provocado por la multitud comenzaba a sofocar, Rosa Chávez se dejó ver, y se armó todo un alboroto, feligreses y periodistas se encimaron en busca de la mejor imagen.
Sin embargo fue hasta en una segunda oportunidad que el cardenal salvadoreño salió, pero una pared de camarógrafos y feligreses lo detuvo.
“Estoy contento, traigo un mensaje de amor y de esperanza del Santo Padre para nuestro país … ya estoy en mi casa”, dijo Rosa Chávez, nombrado cardenal, el pasado 28 de junio, por el Papa Francisco.
En ruta
Cuando los acompañantes del purpurado lo dirigieron hacia el vehículo se hizo de nuevo el desorden; sin embargo, en ese instante, muchos feligreses aprovecharon para saludar y estrechar la mano de Rosa Chávez.
Ya en la camioneta, Rosa Chávez dejó una ventana abierta y siguió con los saludos mientras la marcha iniciaba.
Por momentos, al cardenal salvadoreño se hizo pequeños mensajes en la sien, quizás trataba de aliviar algún dolor de cabeza.
Sobre la autopista entre al aeropuerto y en San Salvador, la caravana se detuvo varias veces, decenas de fieles esperaban el saludo del religioso.
En Olocuilta, Rosa Chávez sostuvo que promoverá la investigación por el homicidio del obispo castrense Joaquín Ramos, perpetrado en 1993.
“Hago la promesa ante el país entero que ese recuerdo lo vamos a retomar y ese hecho se va a investigar”, porque “a él le debemos la gloria como mártir de nuestra iglesia junto con monseñor Óscar Romero”, dijo.
El obispo Ramos fue herido la noche del 25 de junio de 1993 en la carretera entre San Salvador y el aeropuerto salvadoreño, en la zona central del país, supuestamente por delincuentes comunes que habían establecido un puesto de asalto y falleció horas después en un hospital.
En la plaza del Cristo de La Paz, en San Marcos, Rosa Chávez se dirigió de nuevo a los feligreses “El Papa siente que este es un pueblo capaz de lograr cualquier milagro, así como el milagro de la paz, la paz es posible, depende de nosotros”, sostuvo.
Agregó que en agosto habrá una marcha entre San Salvador y Ciudad Barrios, departamento de San Miguel, sitio donde nació el beato monseñor Romero.
“No importa si caminan poco o mucho, lo importante es que caminemos juntos”, indicó.
Luego se dirigió a la cripta de Romero, en la catedral de San Salvador.
“El 29 de junio el papa Francisco me saludó, dijo dos palabras; ánimos, adelante, lo dijo en italiano, ese mensaje lo comparto con ustedes, ánimos, adelante”.
