Seis supuestos pandilleros han sido detenidos como sospechosos de haber secuestrado a dos soldados de la Sexta Brigada de Infantería, en Usulután.
Los plagiados fueron rescatados por las fuerzas combinadas de policías y soldados que prácticamente militarizaron la ciudad de Usulután, el jueves por la tarde, en busca de los raptados.
Aunque por el momento los detenidos serán acusados de organizaciones terroristas y de tener armas de fuego ilegales; las autoridades policiales recaban las evidencias necesarias para acusarlos del plagio de los dos militares.
Cuatro de los supuestos pandilleros fueron arrestados en un motel localizado en la zona céntrica de la ciudad de Usulután. Tres de éstos eran reclamados por los tribunales de justicia por estar acusados de homicidios y organizaciones terroristas.
Los detenidos se habían ido a refugiar a ese lugar a raíz del extenso operativo que hicieron policías y soldados para poder localizar a los militares secuestrados.
Les decomisaron tres pistolas ilegales con las que la Policía sospecha habían amenazados a los militares. Una escopeta fue hallada abandonada en otro sector.
“La presión que se les hizo con el operativo no tuvieron otra opción que liberarlos, de lo contrario, los hubiesen matado”, dijo un oficial de la Policía.
El informe policial detalla que tres soldados recién habían salido de licencia (días libres) de la Sexta Brigada de Infantería. En los momentos en los que caminaban por el centro de Usulután, fueron interceptados por pandilleros. Éstos se los llevaron a una zona con alta presencia de maras.
No obstante, uno de los soldados forcejeó con los mareros que lo llevaban custodiado y pudo escapar. Este soldado se dirigió de inmediato al cuartel para informar del plagio de sus dos compañeros.
Policías élite y soldados comenzaron un operativo de búsqueda de los militares a gran escala. Prácticamente militarizaron la zona céntrica de la ciudad. Después de una hora, uno de los soldados fue hallado cuando caminaba por una de las calles de esa ciudad.
Minutos después, las unidades policiales y militares encontraron al segundo militar raptado. Ninguno de los dos tenía evidencias de que habían sido golpeados por los pandilleros, pero fueron llevados a un centro hospitalario para establecer con certeza de que no tenían ningún daño en su cuerpo.
Recientemente se conoció que las pandillas incrementarían sus acciones criminales en contra de policías y soldados; así como de sus familiares para presionar al gobierno.