La amnistía: ver hacia el futuro o ver hacia el pasado

Independientemente de los razonamientos de ambas posiciones, de lo que se trata es de analizar qué es lo más conveniente para el país.

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27 July 2016

Escuché a un reconocido abogado decir: “siempre he defendido a la Sala pero esta vez me han decepcionado’’, refiriéndose a la declaratoria de inconstitucionalidad de la ley de amnistía general para la consolidación de la paz. Y es que dicho fallo ha generado diversas reacciones en nuestra sociedad. Están los que creen que al hacerlo pueden abrirse heridas del pasado y eventualmente generar inestabilidad política. Y están aquellos que creen que debe hacerse justicia penal y esta inconstitucionalidad abre el camino para eso. 

Independientemente de los razonamientos de ambas posiciones,  de lo que se trata es de analizar qué es lo más  conveniente para el país. Algunos jóvenes que no vivieron la guerra dicen que les parece correcto que se haga justicia. Otros dicen que esos hechos son de un pasado que ellos no vivieron y hay que dejarlo atrás pues lo que les interesa es su futuro y los problemas que afrontarán  en nuestro país.

Efectivamente el fallo de la Sala de lo Constitucional permite que de oficio puedan investigarse los crímenes de lesa humanidad y los casos contenidos en el informe de la Comisión de la Verdad. Por lo tanto, podrían iniciarse una serie de juicios que serían motivados por justicia, por venganza o por razones eminentemente políticas. Eso podría llegar a generar nuevamente odio y rencor entre todos los afectados por ambos bandos de aquella época. Algunos quisieran ver a un coronel en prisión y otros a un ex comandante guerrillero en prisión.  Y como dice el dicho popular: en río revuelto….

Además hay varias razones para pensar que la prisa con la que se dictó este fallo ha sido motivada por un caso en particular, el caso de los jesuitas asesinados en 1989. Dicho caso aparece en el informe de la Comisión de la Verdad y para nadie es un secreto que la petición de extradición por un tribunal de España ha tenido divididos a los magistrados de la Corte Plena. Parecería ser que para la Sala era importante resolver dicha inconstitucionalidad antes de proceder a decidir sobre la extradición.

El problema es que el informe de la Comisión de la Verdad tiene una cantidad de casos que pueden ahora abrirse de oficio. Entonces cabe hacerse la pregunta: ¿es responsable y conveniente someter a todo un país a esta incertidumbre en la cual nadie sabe qué va a suceder ? O como lo manifestó en su voto disidente el doctor Belarmino Jaime, que la declaratoria de inconstitucionalidad no es conveniente pues  “en vez de traer paz y tranquilidad lograría provocar mayores desordenes e inseguridad’’.
 
Estaba  joven cuando sucedió el conflicto pero lo viví enteramente, las bombas y los apagones en la capital, los rumores de atrocidades en el campo, los asesinatos selectivos llamados ajusticiamientos, el estado de sitio y los toques de queda. Conocí  tenientes de mi edad que fallecieron en combate y tuve compañeros en la facultad de Derecho que se incorporaron a la guerrilla. De una u otra manera la sociedad salvadoreña estaba dividida. Esa fue mi experiencia y creo que lo más sano es ver para adelante y aprender a perdonar.

Es importante resaltar que en los más de veinte años desde que se dio el informe de la Comisión de la Verdad y la ley de amnistía, no se volvió a dar ni un tan solo asesinato político. Eso es algo que los de mi generación valoramos mucho pues era algo tan común durante la década de los ochenta. Además el mandato de la comisión era investigar graves hechos de violencia cuya huella sobre la sociedad reclamara el conocimiento público de la verdad. Es decir no tenía la intención de judicializar casos, sino que conocer la verdad y buscar que nunca se volvieran a repetir. Por eso es importante volver la vista hacia el futuro y no hacia el pasado.

Finalmente quisiera terminar citando textualmente dicho informe  “Los miembros de la Comisión están convencidos, por lo que observaron durante los seis meses en que les correspondió estar cerca de la sociedad salvadoreña, de que en ese pueblo martirizado no hay cabida para el rencor, ni espacio para la venganza’’ y luego concluye “La firma de los acuerdos de paz en Chapultepec puso fin a doce años de conflicto armado en El Salvador…Ese acontecimiento debe convertirse en el inicio de un nuevo periodo que auspicie por intermedio de la reconciliación nacional, un promisorio futuro para esta nación centroamericana’’.
  


*Colaborador de El Diario de Hoy.