Supuesto pandillero muerto en tiroteo con policías era buscado por la masacre de 11 trabajadores

José Luis Polanco Escalante, un presunto cabecilla de la pandilla 18, murió esta tarde al enfrentarse a policías, según la Fiscalía. Él habría planificado la matanza.

descripción de la imagen

Por David Marroquín

24 June 2017

Uno de los supuestos pandilleros muertos en un tiroteo esta tarde con policías élites en las afueras de Quezaltepeque era reclamado por la justicia por su participación en la masacre de 11 trabajadores ocurrida el 3 de marzo del año pasado, según la Fiscalía General.

El enfrentamiento entre policías élites y pandilleros de la mara 18 se registró en el cantón Primavera del referido municipio, La Libertad.

En el tiroteo murieron Douglas Ernesto Ramírez Villanueva y José Luis Polanco Escalante; a quienes la Policía los señala de ser pandilleros de la mara 18.

La Fiscalía General confirmó en su cuenta de twitter que "uno de los fallecidos en Quezaltepeque era prófugo del caso masacre de Opico".

Polanco Escalante era prófugo de la justicia. La Policía lo había incluido en el listado de los 100 más buscados. En las investigaciones policiales y fiscales, Polanco aparece como el cabecilla que dirigió una reunión una noche antes de la masacre en la zona de El Playón, en Quezaltepeque.

En ese evento, Polanco Escalante les dijo a otros 18 pandilleros de que "iban a ir a San Juan Opico a matar miembros de la MS, pero no a gente inocente".  Lo anterior fue relatado por un testigo protegido durante el juicio que el Tribunal Antimafia de Sentencia de San Salvador se realizó en mayo pasado.

El testigo relató en el juicio que Polanco Escalante y dos hombres apodados El Viejo Triste y El Killer vestían como agentes policiales, el día que cometieron la masacre.

Al final de la vista pública, el referido tribunal impuso 390 años de prisión a cada uno de los nueve pandilleros que fueron condenados por haber asesinado a los 11 trabajadores en el canton Agua Escondida de San Juan Opico.

Uno de los imputados declaró en el juicio de que habían matado por equivocación a los trabajadores, pues los ahora convictos buscaban a pandilleros rivales.