¿Y si los demandamos por publicidad engañosa?

El FMLN, así como sus funcionarios, se siguen vendiendo como parte de la administración más transparente que hemos podido conocer. Pobres ilusos, no nos engañan.

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01 June 2016

El artículo 31, literal “b” de la Ley de Protección al Consumidor establece que publicidad engañosa es toda modalidad de información o comunicación total o parcialmente falsa, que pueda inducir al consumidor a error, engaño o confusión.

El FMLN cierra su séptimo año de gobierno con una inversión millonaria en publicidad que nos muestra un país que no conocemos, porque la realidad es que su balance de resultados, en líneas generales, da más pena que gloria.

Funcionarios vinculados con narcotraficantes; protección a ministros a pesar de sus vínculos con delincuentes; tratos con pandilleros que revelan el apoyo que les brindaron en el proceso electoral, entre otros temas que han salido a relucir en este año que concluye; sin embargo, lo más grave, es que todo lo que se llama FMLN está alejado totalmente de la triste realidad que vive la mayoría de los salvadoreños.

El gobierno sigue en permanente confrontación con sectores de la vida nacional, la situación es tan grave que antiguos aliados –entre ellos sindicatos- han alzado su voz para denunciar múltiples anomalías al interior de las carteras de Estado. Como resultado, estos antiguos socios de la “clase trabajadora” son objeto de represiones.

La corrupción sigue creciendo de forma galopante. Hoy, producto de diferentes investigaciones periodísticas conocemos de manejos oscuros por parte de las empresas del partido de izquierda SIPAGO, SUBES, ALBA, incluso de que han salido 290 millones de dólares hacia Panamá. Sin embargo, ellos creen que los salvadoreños somos inocentes y el FMLN, así como sus funcionarios, se siguen vendiendo como parte de la administración más transparente que hemos podido conocer. Pobres ilusos, no nos engañan.

Los salvadoreños reconocen la falta de liderazgo en el profesor Sánchez Cerén y la poca capacidad de administrar el Estado. En los sondeos recientes, una mayoría que ronda el 58 % expresa que no ve nada positivo en el rumbo que tiene el país.

Después del tema de seguridad, la situación económica de la familia salvadoreña y el empleo ocupan las principales preocupaciones de la población; pero el Gobierno, lejos de generar condiciones para atraer inversión, lo que permitiría generar más y mejores empleos, ha mantenido un discurso bipolar. Un día, con los más recalcitrantes de su partido o con sus amigos del Cono Sur, arremete contra los sectores productivos, vuelve al discurso del odio y el resentimiento, pero días  después, va a buscar acercamientos con la empresa privada.

Esa ausencia de políticas públicas para atraer inversión se expresa en los siguientes números: cada año ingresan a la Población Económicamente Activa 55 mil salvadoreños, el FMLN celebra la creación de 11,491 empleos en 2015; es decir, que  44 mil compatriotas no tuvieron la oportunidad de acceder a un empleo formal.

En Salud, los hospitales en abandono, el nuevo Hospital de la Mujer con tuberías que han pasado colapsando continuamente; la ausencia crónica de medicamentos e insumos en el Rosales; problemas en ascensores, entre tantas limitaciones.

Eso sin dejar de lado los problemas en educación, que hablan de miles de computadoras entregadas pero en las escuelas los techos llenos de goteras, no hay energía eléctrica, no pagan el Internet, no hay bono educativo, en fin.

A todo esto le sumamos la irresponsabilidad del FMLN y sus aliados que presentaron al cierre de 2015, un presupuesto inconstitucional, por una simple razón no venían contemplados todos los gastos del Estado y mucho menos los ingresos, ya que no incluía deuda.

De hecho, en los últimos días hemos conocido, por parte de voceros del gobierno del FMLN, la intención de solicitar 1,200 millones de dólares más a la Asamblea que, arguyen, son necesarios para cumplir con sus obligaciones.

Ya sabíamos que luego de la aprobación de los 152 millones de dólares para invertir en las medidas extraordinarias de seguridad iban a venir a nuestras puertas para pedir más dinero, lo que no sabíamos es que iban a extorsionar a los diputados al decir que les damos esos 1,200 millones o aprueban la reforma de pensiones.

Esta amenaza revela que ellos no están interesados en la clase trabajadora, sino que en resolver su problema de caja mediante la confiscación de los ahorros de los empleados salvadoreños. 

Ya se detuvo una vez esta reforma. Esperaría que el FMLN y sus aliados no den un triste regalo en este aniversario de gobierno, un gobierno nefasto que puede pasar a la historia como el que ejecutó el robo del siglo.

Por todo esto, podríamos demandar al Estado por publicidad engañosa. Ah, pero se me olvidaba: todas las instituciones responden al FMLN y no a la ciudadanía salvadoreña que es a la que se debe.

Sin embargo, no debemos perder la esperanza en nuestro país. El Salvador tiene una gran riqueza, su gente, y es por ellos que debemos dejar de lado intereses particulares y construir juntos una agenda de nación, que permita, así como en el tema de seguridad, buscar soluciones de beneficio para todos.  
 

*Diputado