Shots de serotonina

Practiquemos pues, conductas que inicien con S, aconseja Hitzig, como la serenidad, el silencio, la sabiduría, el sueño, la sonrisa, la sociabilidad, la seducción y el sexo (ya le gustó verdad).

descripción de la imagen

Por Mirna Navarrete

19 June 2017

La sangre ahuachapaneca en mí dijo “me apunto” a una clase de yoga de choto, como regalo del Día del Padre. Acostumbrado a volar en mi práctica, agradable sorpresa fue levitar con Kundalini, un tipo de yoga pasiva de inhalaciones de fuego, exhalaciones de león, masaje de órganos, danza de columna, un toque de meditación y sabios consejos.

La buena vibra de los Kundalini me envolvió y, de repente, cantaba a todo pulmón un sánscrito más intenso que el acostumbrado Ommmmmmmm. Entre fuego, león, y aroma a ajo, el majarishi nos hacía realizar la importancia del prana, o energía positiva, que todos alojamos entre la L4 y la L5 (no lo sabía).

“Al activar tu prana, la glándula pituitaria rebalsa de serotonina, la hormona de la tranquilidad, que mejora la calidad de vida, aleja enfermedades y retarda el envejecimiento”, afirmaba el maja. “Para llenarnos de serotonina, es necesario exorcizar las malas vibras, generadores de cortisol, la hormona del estrés, que empeora la calidad de vida, atrae enfermedades y nos aturra como muñeco de Ilobasco, ja ja, ja”.

Buena onda el maestro. Aseguraba que a nosotros, sus discípulos, no nos iba a dar la AH3N2, pues blindamos nuestras defensas al cargar cuerpo y espíritu de prana, para lo cual siguió la práctica con música alucinante, y movimientos bruscos de cadera a diestra y siniestra (y viceversa), masajeando así los riñones y purificando el hígado (me cayó de perlas).

Similar piensa Juan Hitzig, geriatra argentino cuyos consejos, para envejecer, con cuerpo y mente en forma, andan circulando en las redes.

Es importante atender el llamado del “Alfabeto Emocional” del Dr. Hitzig, pues necesitamos shots de serotonina para que nuestra longevidad sea plena, no una acumulación de achaques, amarguras y enfermedades.

Practiquemos, pues, conductas que inicien con S, aconseja Hitzig, como la serenidad, el silencio, la sabiduría, el sueño, la sonrisa, la sociabilidad, la seducción y el sexo (ya le gustó verdad). Si lo hacemos con frecuencia, brotará la serotonina, chispa del ánimo, el aprecio, el amor, la amistad, el agradecimiento y el acercamiento.

Los que deciden practicar conductas que inicien con R: resentimiento, rabia, reproche, rencor, rechazo, resistencia y represión, les brota el cortisol, chispa de depresión, desánimo, desesperación, desdicha y desolación.

Más claro no canta un gallo. La mala sangre es exceso de cortisol, y las buenas vibras florecen con shots de serotonina. Si queremos vivir mejor, hagámosle caso a Hitzig, practicando conductas que inician con S y no con R.

Pero además del Alfabeto de Hitzig, y del Kundalini del Majarishi, para envejecer con cuerpo y mente en forma, los Consejos de Calín son los siguientes: Actividad física 6 días por semana; toma café salvadoreño, come más proteína de agua salada, y menos de la llena de cortisol de matadero; vigila lo que te metes a la boca (recuerda, eres lo que comes); duerme entre 7 y 8 horas diarias; constante hidratación de tus riñones; perfil ejecutivo 1 vez al año; suplementos vitamínicos según tu edad y actividad; peso según tu físico; generosidad según tu conciencia; aprendizaje constante según tu curiosidad

.

¡Chiviriviri, urrrra, chiviriviri, urrrra, que viva la serotonina…Que VIVA!, sobre todo en estos tiempos en que los 50 son los nuevos 30, o inclusive menos, según tus niveles de la hormona de la tranquilidad.

Que dicha que podemos exorcizar el cortisol, bañarnos de serotonina y llevar una vida ordenada, disciplinada y aseada.

Que dicha que, el sábado pasado, recibí un regalo más grande que la levitación de Kundalini: Full house, con hija recién graduada y la visita sorpresa de mi hijo, quien estudia en Costa Rica, para darme un Feliz Día del Padre en carne y hueso, no por WhatsApp. Mi glándula pituitaria rebalsó de serotonina, llenándome de ánimo, aprecio, amor, agradecimiento y acercamiento.

*Columnista de El Diario de Hoy.

calinalfaro@gmail.com