El fenómeno Trump, el sueño americano

Ya sea que Donald Trump planeó su estrategia de forma brillante o simplemente tuvo gran suerte, no importa; el tipo encontró el discurso: que la clase media-baja viva una mejor y digna vida.

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06 June 2016

Cuando Donald Trump anunció en junio pasado su intención de aspirar a la candidatura del Partido Republicano, se encontraba con una popularidad de 24 puntos por detrás de Hillary Clinton. Pocos pensaban que pudiera ser opción republicana para competir contra ella.

Ahora, sin lugar a dudas, el candidato del partido Republicano para presidente 2017-2020, se llama Donald Trump. Y hoy también se puede afirmar que existe alta probabilidad de que Trump se convierta en “the 45th president of the United States”.

El futuro presidente va a encontrar que en la clase media-baja no se hace lo suficiente para que se viva una mejor vida. Es obvio que Trump comprende las frustraciones de la población blanca de menores ingresos. El debate se centra en que el problema con los republicanos es que no se han dado cuenta de que la cuestión definitoria de esta generación es el colapso del nivel de vida de la clase media y sobre todo, la media-baja. Esto Trump lo llevó al debate y a él lo ha colocado a donde está hoy.

A medida que el tiempo avanzó y muy a pesar de sus groseros y polémicos discursos, considerados “políticamente incorrectos”, ha sido sorpresa el acortamiento de distancia con Hillary, según las encuestas. Hoy en día existe un   virtual empate, con vientos a favor de Trump. 

A pesar de sus comentarios discriminatorios contra inmigrantes mexicanos y centroamericanos ¿Qué significaría una Administración Trump para México y Centroamérica? Expertos dicen que muy poco. México es el principal destino de exportación para California y para todo el suroeste de Estados Unidos. Trump puede construir el muro, aunque México no lo financie, pero ¿cuál sería su propósito y logro? Si las camionadas de migrantes seguirán llegado sin parar, y sin legalizar su estatus.

El muro como concepto puede significar “Vamos a protegernos de México o Centroamérica”. Pero no se puede obviar la décimo primer economía del mundo, como lo es la mexicana. Nadie puede ignorar esa realidad geopolítica.

Una de las críticas que se han hecho a Trump es que tiene poca información real sobre México y Centroamérica, pero como candidato ha sabido conectar con todos, abordando sus intereses económicos y culturales, como ningún otro candidato lo ha hecho en mucho tiempo. Su posición en las encuestas refleja una popularidad fortalecida por su manera de penetrar y controlar el ciclo mediático.

A resultas de sus comentarios altisonantes, varios medios de comunicación intentaron destruir la imagen de Trump. Ahora, los periodistas y correligionarios del partido Republicano que trataron de afectar su imagen, ante los resultados irrefutables que reporta, se encuentran confundidos.

Desde que Trump llegó a la escena política partidaria, casi nadie ha tenido el coraje de sostener su posición ortodoxa. Llegó criticando y señalando sin tapujos al status quo. Unos ven a Trump como gladiador político, luchador que subió al ring para realizar cambios radicales.

Al final de cuentas, será el Partido Republicano el que tomará las medidas requeridas para formalizar la nominación de Trump, con el pesar de algunos. El  partido básicamente busca dos cosas en sus candidatos: la primera es que sean fiables y predecibles; es decir, que se cuente con su persona para que, una vez en el cargo la agenda republicana planeada se implemente. Y segundo, elegibles; es decir que puedan ganar en noviembre.
 
Ya sea que Donald Trump planeó su estrategia de forma brillante o simplemente tuvo gran suerte, no importa; el tipo encontró el discurso: que la clase media-baja viva una mejor y digna vida.
 
Ya sea que se apoye o rechace a Trump, es esencial  comprender los fundamentos de su poder y sus límites.
 


*Columnista de El Diario de Hoy
resmahan@hotmail.com