Tres teorías

La preferida de los medios y de la cultura dominante: el cambio climático no solo existe, sino que es violento, dramático, y causado principalmente por los humanos.

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Por Elizabeth Castro

16 June 2017

La negación de Trump de suscribir el acuerdo de París en relación al asunto del cambio climático volvió a poner caliente —nunca mejor dicho—, el asunto.

Una negativa que se dio en el contexto de lo políticamente correcto, que sostiene que nos estamos acabando el planeta, pues el virus más dañino que existe en la tierra es el ser humano (sí: usted y yo). Por eso la afrenta de Trump al retirar su país del acuerdo y sus compromisos, no solo parece terriblemente incorrecta, sino que hay quienes piensan que es de lesa humanidad.

Sobre el cambio climático hay tres teorías, ninguna certeza. A saber: 1. No existe. 2. Existe, es real, pero es parte del lento y milenario proceso de evolución del cosmos. Y, 3. La preferida de los medios y de la cultura dominante: no solo existe, sino que es violento, dramático, y causado principalmente por los humanos.

Con respecto a la primera, parece sensato admitir que el clima cambia, y que lo hace de acuerdo a patrones más o menos conocidos y en ciclos de tiempo más o menos regulares; sin embargo, no hay que olvidar que todo el asunto es sobre un cambio climático global, por lo que no vale traer a cuento como prueba de cargo o de descargo, las variaciones climáticas del lugar donde uno vive.

Con respecto a la segunda, es importante recordar que esto del clima y su manera de cambiar es asunto de ciencia, no de perspectivas. Por eso es la más aceptada en ámbitos científicos, donde se tiene en cuenta que ante un fenómeno con muchas causas no es serio atribuir todos los efectos a una sola de ellas.

Sin embargo, la tentación de culpar de todo al ser humano está omnipresente, y por eso si se leen con gafas sesgadas los estudios, se suele encontrar en los textos lo que se quiere hallar, y no considerar relevantes los que no apoyen esa perspectiva.

Un ejemplo de esto es que pocos de los que comentaron la Encíclica “Laudato Sii” del Papa Francisco, en la que aborda ampliamente el cambio climático, destacaron que en el análisis se dejan las puertas abiertas a considerar las causas naturales como significativas. Como recoge el número 23 del documento: “es verdad que hay otros factores como el vulcanismo, las variaciones de la órbita y del eje de la Tierra, o el ciclo solar”, que además de la acción humana vendrían a explicar el aumento de CO2 en la atmósfera.

Con respecto a la tercera teoría, esa que achaca principalmente al hombre y su actividad la culpa de que el clima esté variando sin ton ni son, y que precisamente por ese cambio atípico vamos hacia el fin del mundo… resulta interesante constatar cómo se apunta a la misma todo tipo de gente: desde feministas pro aborto que alegan que la culpa del cambio climático la tienen los embarazos no deseados (como le ha dado últimamente por argumentar a Gloria Steinem), hasta oportunistas políticos como Al Gore; pasando por una pléyade de marxistas trasnochados que ven en el fenómeno la ocasión de atacar el liberalismo y la sociedad industrial.

A mí, esta tercera teoría no me parece acertada. Ya se sabe: cuando una hipótesis científica se la intentan colar a uno como dogma de fe, es porque quienes la propugnan ni son científicos, ni tienen fe.

Allí quedan las tres teorías ¿a cuál se apunta el lector? Antes de que se decante, permítame hacer una última consideración, y es que aun cuando tuviera seguridad absoluta sobre una de ellas, no es aceptable, ni ético, imponer coercitivamente a los demás sus certezas, ni aunque la coacción se haga a favor de un supuesto bien superior.

*Columnista de El Diario de Hoy.

@carlosmayorare