La “Cero Tolerancia” y la ley de la selva salvadoreña

Mejorar la cultura vial nos beneficia a todos y es parte de la sana convivencia que tanto necesita nuestro país.

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25 June 2016

¿Cómo olvidar aquellos momentos en los que estaba aprendiendo a manejar? Apenas tenía quince años, cuando mi familia decidió que era tiempo que comenzara a conducir. Después de la parte teórica y de algunas horas de práctica, mi maestro me dio una lección muy importante, que jamás olvidaré. Casi en tono solemne, me dijo: “Jaime, en este país, principalmente en San Salvador, hay que manejar a la defensiva...”.
Yo asentí y él continuó: “Y, como bien dicen, la mejor defensa es el ataque, así que ¡ponete las pilas cuando manejes aquí y no te dejes!”. 

Por supuesto que no me tomé al pie de la letra su consejo, me bastó quedarme con lo primero. ¿Cuántas personas en El Salvador ven las calles como una especie de campo de batalla, en el que solo sobrevive el más fuerte? Manejar en nuestro país es casi como estar en una selva urbana en la que los individuos luchan por un puesto en la parte superior de la cadena alimenticia, porque, de lo contrario, terminan siendo vilmente devorados por los más “vivos” y “astutos”. 

No es de extrañarse que, con este panorama, el Viceministerio de Transporte (VMT) haya lanzando el “Plan Cero Tolerancia”, con el que se busca reducir los accidentes y congestionamientos en San Salvador. Espero que esta medida no sea “llamarada de tuza” y pase a formar parte del interminable listado de disposiciones y leyes que son simple y sencillamente letra muerta. 

Lamentablemente, los primeros días del “Cero Tolerancia” han sido tibios y tampoco se han visto grandes mejoras. Esta semana he visto cómo automovilistas hacen retorno en U entre los carriles del Sitramss, frente a la Policía de Tránsito, sin que estos intervengan. Mientras escribía mi columna, llegaba la noticia de que la PNC devolvería las placas decomisadas a los carros de empleados públicos que se encontraban estacionados frente a las oficinas del Centro de Gobernación, porque, según ellos, tienen “permisos especiales” para parquear allí, aun cuando es eje preferencial... ¿Dónde está la igualdad ante la ley? 

Más allá de lo que haga el VMT, debemos cambiar la forma en la que manejamos. Mejorar la cultura vial nos beneficia a todos y es parte de la sana convivencia que tanto necesita nuestro país. Traigo a colación algunas de las faltas más recurrentes en nuestro conducir y animo a los lectores (buseros incluidos) a reflexionar: 

- Bloquear las intersecciones: ¿cuántas veces aprovechamos el último momento del amarillo de un semáforo para pasar y asegurar un sitio, bloqueando el paso para aquellos que tienen derecho? Es absurdo, pues al final ninguno avanza. 

- Parquear donde se pueda: con tal de encontrar parqueo, da igual si es curva, acera, eje preferencial o doble fila de parqueo. 

- Manejar en el carril izquierdo: en las carreteras se maneja a la derecha y la izquierda es para rebasar.

- El zigzagueo en los redondeles: repasemos cómo se circula por una rotonda, por favor.
    
-No respetar al peatón: en el llamado “paso de cebra”, el peatón tiene todo el derecho. Detenga su auto y déjelo pasar. Por su parte, los peatones deberían de usar ese espacio y las pasarelas para cruzar las calles. 

-No dar paso: entiendo que uno lleve prisa, pero no hay nada que me parezca más absurdo que aquellos que, en medio del tráfico, no ceden paso a otros automóviles. Dejar pasar a otro no afecta sustancialmente su tiempo de llegada a un sitio y, además, permite descongestionar la vía de quienes se intentan incorporar a otra calle. 

- Detenerse donde “se me da la gana”: las luces intermitentes no son mágicas… esto va especialmente para los honorables motoristas del transporte público. 

Estas son solo algunas de las tantas cosas que tenemos que cambiar. Comencemos por lo pequeño y así lograremos lo grande para nuestro El Salvador. 

*Periodista. 
jaime.oriani@eldiariodehoy.com