“Tanto para tan pocos... y tan poco para tantos”

Medio millón de dólares en un sistema electrónico de votación y rótulos luminosos: beneficio para los dichosos 84 diputados, y nada para las urgentes necesidades de una gran mayoría necesitada.    

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25 June 2016

Durante la Batalla de Inglaterra en la Segunda Guerra Mundial, y la heroica defensa que las Fuerzas Aéreas Británicas hicieron contra los ataques alemanes, el Primer Ministro Winston Churchill quiso expresar el agradecimiento del pueblo inglés a los valientes pilotos de la RAF, muchos caídos en combate, con una frase memorable que resumió la valiente epopeya: “Nunca tantos tuvieron que agradecer tanto, a tan pocos”.

En la actualidad salvadoreña, se puede tropicalizar esa frase, en sentido inverso: “Tanto, para tan pocos, y tan poco para tantos”, por el nuevo capricho legislativo: medio millón de dólares, en un sistema electrónico de votación y rótulos luminosos; beneficio para los dichosos 84, y nada para las urgentes necesidades de una gran mayoría necesitada. 

Areneros, miembros de la Junta Directiva, aseguran que fue una decisión inconsulta de la Presidente Peña, facultad que le fue otorgada por su predecesor Sigfrido, para realizar compras, manejando la Asamblea Legislativa como su propia finca. Su justificación del gasto es una bofetada a la inteligencia de los contribuyentes: “Me han dicho que hay gente pobre, pero creo que más pobre va a ser la gente si no es transparente el sistema de votación”. El sistema de votación para ser transparente, Señora Peña, no necesita de rótulos electrónicos, sino de diputados honrados, en lugar de los corruptos que mangonean las votaciones. Un reconocido politólogo califica este innecesario derroche como recurso para elevar el ego y la auto estima de los diputados, cuya evidente ignorancia es cada día más difícil de disimular. 

Al autorizar el medio millón, Lorena Peña no escuchó, por incómodas, las angustiosas declaraciones del médico nefrólogo García Trabanino, impotente ante la incidencia, cada vez mayor, de muertes por insuficiencia renal en el Bajo Lempa, y la incapacidad culpable de las autoridades de Salud, para intentar dar solución al problema.

Tampoco parecen preocuparle los pasillos del Hospital Rosales, con pacientes tirados en el suelo, y la desesperación de los médicos, obligados a despedirlos porque no hay catéteres para las diálisis. Para muchos enfermos volver a sus casas significar irse a esperar la muerte. Igual situación con los pacientes de cáncer y los necesitados de operaciones oftalmológicas, por el capricho inexplicable del Director del ISSS de obligar a los médicos a realizar las operaciones en el Hospital Zacamil. 

En la “reunión privada” que el personal de la Corte de Cuentas realizó a raíz de los señalamientos de despilfarro, al Presidente no le remordió la conciencia que a pocos kilómetros del hotel de playa donde se estaban divirtiendo, hay comunidades abandonadas, que por desastres naturales, se han inundado de arena, que ha cambiado la línea de playa y no han recibido atención del GOES por falta de fondos. Similar situación enfrentan los habitantes de la desembocadura del Goascorán, taponeada por árboles y piedras arrastrados por el río, cuyo caudal ha crecido con las lluvias, pero solo han recibido inspecciones y nada de acción. No importa si los pescadores tienen que adentrarse en aguas territoriales hondureñas, exponiéndose a sufrir las consecuencias.

Las razones de que hay que modernizar el Estado y propiciar buen ambiente entre los empleados utilizadas por los funcionarios derrochadores, demuestran su desconocimiento culpable de las prioridades, cuyo primer lugar corresponde a salud y educación, especialmente en un país con serios problemas de liquidez. El FMLN está dejando bien claro que mientras ellos constituyan la nueva oligarquía, les vale que aumente la desigualdad y la pobreza extrema. Su defensa de los más necesitados fue únicamente otra promesa de campaña, que jamás pensaron cumplir. 

*Columnista de El Diario de Hoy.