Malacara es una de las fincas cafetaleras más antiguas de El Salvador. Comenzó su producción en 1888, cuando el grano de oro se convirtió en referente de exportación a nivel mundial.
Después de 129 años de producir este grano, Malacara sigue renovándose al aplicar nuevas técnicas agrícolas que le aseguren una mayor productividad, y una excelente calidad para producir uno de los mejores café del país.
Ya que pasaron los días de cosecha, los trabajadores de la finca se han dispuesto a resembrar al menos un 40% de las 68 manzanas que comprenden el ala “A” de la finca, situada en el municipio de Chalchuapa, Santa Ana.
Son más de 7,700 plantitas de café de las variedades Kenya SL28, Gesha y Pacamara, que renovarán el parque cafetalero, que se encuentra a 1,300 metros sobre el nivel del mar.
Su propietario, Guillermo Álvarez Meza, está orgulloso de dirigir una finca que está produciendo unos 800 quintales de café de la más alta calidad. De estos quintales el 70% se exporta a Japón, Londres y Estados Unidos, y el resto se vende en el territorio nacional a compradores que venden café gourmet.
“Esta es una inversión a mediano plazo. Lo que queremos es renovar todo el parque para producir café boutique o de variedades exóticas que son bien aceptados en otros mercados”, dijo.
En la finca también están aplicando técnicas como las cajuelas, que son agujeros que se abren en los terrenos inclinados para que el agua no corra, sino que se almacene y mantenga la humedad del suelo.