Casi seis meses después de haberse cometido el asesinato del subinspector Lorenzo Antonio Rojas Herrera, de 47 años, y su hijo, Marvin Rojas Alvañedo, de 22, la Policía detuvo a cuatro sospechosos, supuestos pandilleros de la mara Salvatrucha.
El doble asesinato fue cometido el 16 de noviembre del año pasado, cuando ambos salían de la cochera en un vehículo rumbo al trabajo.
Los sujetos fueron arrestados en el megaoperativo que se desarrolló a nivel nacional, entre ellos en El Boquerón, en la zona de Quezaltepeque.
Un investigador manifestó que a los cuatro sujetos los acusarán de homicidio agravado.
“Los cuatro detenidos son miembros de la estructura MS-13 del sector San Juan Los Planes, de Quezaltepeque”, dijo la Policía. Sumado a estos imputados, la corporación detuvo a otras 40 personas en esa misma localidad.
El oficial explicó que, según las investigaciones, el subinspector y el hijo fueron asesinados por la relación del papá con la corporación policial.
El subinspector Rojas Herrera, destacado en la División de Investigación de la Delegación Centro en San Salvador, y su hijo pasaron toda su vida en la zona.
Sin embargo, los pandilleros se ensañaron con él porque en noviembre arreciaron los ataques a policías y militares, dijo el oficial.
“Hemos logrado determinar la planificación del hecho, la orden fue dada por uno de los cabecillas de la MS y determinamos (que) fue por la pertenencia policial o el hecho de ser policía”, dijo el oficial.
El sujeto que dio la orden de matar al subinspector murió ha ce cuatro meses al enfrentarse a tiros con la Policía, en Tacuba, Ahuachapán.
Otro más también murió en otro tiroteo, y solo restaría detener a dos más.
Tenemos evidencias, como balística, en las que se relaciona a los hechores y las armas con el doble homicidio. Hay testigos que han brindado su versión que coincide con la prueba científica, dijo.