Hay varias formas de entender y aplicar este concepto en la macroeconomía, la microeconomía, las finanzas y la gestión empresarial...
Aquí, me referiré a la conceptualización más sencilla de aplicación del “costo de oportunidad”, como el costo posible en que se incurre cuando no se aprovecha una oportunidad real de haber obtenido un beneficio o incrementar las ventas y las utilidades, o incluso, como pérdida por haber decidido sobre una opción en lugar de por otra igual o mejor... O también, como el costo del beneficio posible consecuente de continuar posponiendo una decisión estratégica importante para el futuro, la supervivencia, el cambio generacional o el incremento de ventas y utilidades de la empresa.
Por ejemplo, el costo de oportunidad que significa, conociendo ya las ventajas, posponer para más adelante, la implantación de sistemas de gestión internacionales que funcionan en todo el mundo, y principalmente, en los países desarrollados hacia donde nos interesa exportar, para asegurar la continuidad de la empresa en las condiciones complicadas que sufren las industrias en nuestro país...
Estos sistemas internacionales son: ISO 9000 para la gestión de la calidad, ya está implantado en un millón y medio de empresas. Le sigue el sistema ISO 14000 para la gestión medioambiental. ISO 22000 para la gestión de la inocuidad de los alimentos en cualquier empresa que forme parte de una cadena alimentaria. ISO 26000 para la gestión de la responsabilidad social empresarial. ISO 27000, define el sistema de gestión de la seguridad de la información. ISO 31000 focaliza la gestión y la prevención del riesgo. ISO 45000 el sistema para la gestión de la seguridad industrial y la prevención de los riesgos laborables, y el sistema ISO 50.000, para rentabilizar la gestión energética... Como ve, no hay que inventar nada, solo aplicar sistemas consolidados implantando las normas internacionales correspondientes...
Pero también el concepto de costo de oportunidad se puede aplicar a los pequeños y medianos negocios posibles que disponiendo de casi todo para emprenderlo, siempre encuentran alguna razón para posponerlos... Bien, por temores reales o infundados, pensando que quizás no se sabe lo suficiente sobre cómo manejarlos o que no se dispone de las personas capaces de conseguir el éxito, o bien, que la situación económica no es la más apropiada o que la inseguridad no permitiría el éxito...
Fíjese: después de la visita del presidente de EE. UU., llegarán inversiones a Cuba que generaran beneficio a la población y a los inversores... Una buena tesis universitaria sería determinar el costo de oportunidad para El Salvador, porque las inversiones en lugar de venir aquí, se desvían a otros países y empresas de aquí poco a poco se están yendo...
Y si pensamos en términos de los proyectos empresariales que continuamente se retrasan, resulta que en cada empresa encontramos costos de oportunidad... Sin embargo, yo creo que el costo de oportunidad se puede reducir, si dejamos de esperar que las oportunidades caigan del cielo y mejor nos ocupamos por crearlas...
Por eso, si de verdad quiere reducir los costos de oportunidad en su negocio, mejor concéntrese en crear sus propias oportunidades. Puede no ser tan fácil, pero tampoco imposible.
*Columnista de El Diario de Hoy
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