Es incorrecto que la PNC presente a los detenidos golpeados y sin ropa

El combate a la delincuencia, enfrentar a las maras y evitar las extorsiones y asesinatos son un imperativo del Estado, una exigencia de la población, pero esto debe hacerse en el marco de la ley y respetando las personas

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23 April 2016

Hace unos años era lo más normal que la policía, pero también el ejército durante el tiempo de la guerra, e incluso la fiscalía en su momento, presentara a diestra y siniestra ante la opinión pública a los detenidos durante cualquier operativo; tal práctica aberrante no solo era una cuestión cotidiana entre las autoridades sino que los diferentes medios informativos destacaban tal presentación, dependiendo de lo relevante del detenido o la gravedad del caso.

Revisando archivos de periódicos, pero también en televisión, en los diferentes noticieros de antaño, la “presentación de reos” era una práctica diaria, incluso formaba parte de las primeras planas; no importaba si eran detenidos injustamente, si de verdad iban pasando o si realmente estaban involucrados en algún crimen o delito. Es más, tal práctica ha alcanzado una rutina que hace que los mismos organismos de comunicación de la policía, el ejército o la fiscalía, tomen fotos, hagan boletines de prensa y sean enviados a los diferentes medios de prensa.
Los periodistas y fotoperiodistas de sucesos, por su parte, hacen lo suyo, son los primeros en llegar a las presentaciones de detenidos, suelen hacerles todo tipo de fotos y hasta se les interroga.

Lo cierto es que se trata de detenidos por la autoridad, vinculados, sospechosos de haber cometido un delito aunque ninguno de ellos ha sido juzgados ni mucho menos vencido en juicio justo.

Hace muchos años, durante los gobiernos de ARENA, también ahora bajo la presidencia del FMLN, he escrito sobre el tema y me he opuesto a que los detenidos sean presentados sin más ante la prensa.

Siempre me he preguntado, ¿por qué esta práctica de presentar a los detenidos ante los medios de información? Son tres las razones: uno, dar cuenta del accionar de la autoridad ante la población y que reacciona, algunas veces tarde pero reacciona, ante un crimen o un delito; dos, esto es más banal pero ocurre, darle un “escarmiento público” al detenido, al supuesto delincuente; y tres, todavía más banal, que la población vea al detenido y si lo reconoce como un delincuente, lo denuncie.

Desde la óptica de la prensa, de los periodistas existe una combinación de pereza mental, nula acuciosidad periodística, desgano profesional e incluso promover cierto morbo entre la población… porque eso de presentar a unos detenidos, esposados, sin ropa, ahora hasta golpeados acusados de los crímenes más horrendos pone los pelos de punta a cualquiera, incluso se genera un temor interno e inconsciente, que el próximo podría ser yo…

En algo se había avanzado, los casos más graves o de gran impacto social, eran los que la policía presentaba ante la opinión pública; y hubo un momento que se trataba de “cuidar” no solo la presunción de inocencia, sino la identidad y de “presentarlos” con cierto respeto… los medios de información cada vez menos publican estas fotos de “aberrantes presentaciones”, incluso y a causa de las nuevas leyes, los menores de edad dejaron de ser presentados… 

Sin embargo, en los últimos meses, las viejas costumbres de nuevo han aparecido y la policía, sin qué ni para qué, “monta conferencias de prensa” para presentar a detenidos, no solo con esposas sino que con poca ropa y lo peor del caso en ocasiones con golpes y heridas en la cara y el cuerpo. Es más, en varias ocasiones, por lo menos en los dos últimos movimientos de reos en los centros penales, uno para trasladar a los cabecillas y luego a los mandos medios, la mayoría enviados al penal de máxima seguridad a Zacatecoluca, fueron llevados además de encadenados en calzoncillos, permitiendo que la prensa estuviese presente.

La defensoría de los Derechos Humanos, instancia político partidaria de antaño, se ha hecho del “ojo pacho” y por supuesto no ha dicho “esta boca es mía”, tampoco la población, como en el pasado, se mostraba indignada de esta práctica aduciendo que se “trata de delincuentes”; tampoco, y no es el caso, que estamos defendiendo a delincuentes y obviando el dolor de las víctimas… no, todo lo contrario, se trata de resguardar no solo las formas sino el contenido del debido proceso y resguardar la imagen, el honor y por supuesto la presunción de inocencia.

Combatir con fuerza y energía a las maras, además de ser una exigencia de la población es un deber del Estado… generar un ambiente de seguridad, es una aspiración de los salvadoreños y un deber del Estado… acabar con el crimen, las extorsiones es una urgencia para la ciudadanía trabajadora y una exigencia para el Estado… todo esto, en el marco de la ley, teniendo como horizonte el bienestar de los ciudadanos y cuidando la vida y respetando a la persona humana. Tarea difícil. 

*Editor Jefe de El Diario de Hoy.
ricardo.chacon@eldiariodehoy.com