Jean Vanier

El mayor logro del descubrimiento de Jean Varnier se obtuvo a través del conocimiento y amor que prodigó a las personas menos favorecidas intelectualmente

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23 April 2016

Jean Vanier nació en Canadá en 1928, es un teólogo, humanista y escritor que fundó hace 50 años, en su tierra natal una federación denominada El Arca (L’Arche), en donde da asistencia a personas con trastornos del aprendizaje, disfunciones mentales y deficiencias intelectuales. Estas comunidades son hogares en donde las personas que sufren de estos problemas y sus acompañantes, participan en las actividades del día a día, alimentando las relaciones humanas a través de la buena comunicación. No se trata de una relación vertical, en donde el cuidador es el que dirige y provee los cuidados y el paciente el que recibe las atenciones en forma pasiva. Se trata de un modelo novedoso que permite a las personas con limitaciones intelectuales interactuar con sus cuidadores en un ambiente de franca amistad, unidos por el espíritu de afecto y simpatía que es visto como un regalo divino que facilita la recuperación y reintegración de los pacientes a la sociedad. En la actualidad cuentan con 1,500 comunidades distribuidas en 82 países.

El año 2015 la Fundación John Templeton, le concedió el premio que lleva ese nombre por su trabajo en favor de las personas con discapacidades intelectuales y defectos en el aprendizaje, sobre todo por la calidad de sus investigaciones, la novedad del método utilizado y el descubrimiento transformador que permitió que las personas vulnerables intelectualmente “puedan tener una mejor atención y ser copartícipes en la creación de una sociedad más justa, inclusiva y humana”. Este mismo premio ha sido entregado a personajes como Madre Teresa (1973), Dalai Lama (2012) y Desmond Tutu (2013) por sus logros en la conformación de una sociedad más igualitaria.

El mayor logro del descubrimiento de Jean Varnier se obtuvo a través del conocimiento y amor que prodigó a las personas menos favorecidas intelectualmente quienes le dejaron ver que toda persona que es inicialmente rechazada por sus cercanos o por la sociedad, al ser acogida y tratada adecuadamente puede ser reinsertada socialmente, haciéndolos fuente de diálogo, unidad y sobre todo punto de partida para promover su deseo de pertenencia social, lo que promoverá la curación de la persona y la consecución de la armonía y concordancia no solamente en sus familias sino también en nuestras sociedades.

Sin lugar a dudas el éxito de Jean Vanier, en cuanto haber conseguido una nueva perspectiva en la atención y cuidado de los más frágiles intelectualmente, es grande y digno de ser reconocido; pero mayor beneficio se obtendría si nos proponemos conocer, interpretar su filosofía y lograr una aplicación práctica de su teología. Doctrina que él ha denominado Teología Encarnada pues es la aplicación de los conceptos religiosos en la ayuda de los más vulnerables y desprotegidos de la sociedad. De acá nace su logo que es base de su actuar: “Dios se toma el tiempo con los que la sociedad califica como insignificantes”, frase que haríamos bien en recordar.

*Colaborador de El Diario de Hoy