Los dos años del gobierno y los siete de ARENA

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29 May 2016

Este momento en el que el gobierno actual está cumpliendo dos años es muy apropiado para contemplar el desastre al que el FMLN ha llevado al país. Pero también es muy apropiado para reflexionar sobre la situación de ARENA, ya que de éste dependemos para poder evitar que el FMLN vuelva a ganar a pesar de haber tenido un gobierno que será el peor de nuestra historia --en una categoría en la que compite sólo el otro gobierno del FMLN.

Dada la importancia de lo que está en juego, al evaluar los dos años del gobierno del presidente Sánchez Cerén es necesario también evaluar los siete años de ARENA como oposición. Y es necesario hacerlo sin ambages, sin pensar que criticar una realidad que ya ha llevado al país a varias derrotas es una traición. Precisamente quedarse callados es lo que sería un traición al partido y al pueblo porque causaría otra derrota electoral. Tiene que haber un triunfo, y ese triunfo tiene que producir un gobierno responsable dedicado al pueblo.

Con respecto al FMLN, dos preguntas de la encuesta que publicó el jueves pasado El Diario de Hoy sobre la evaluación que hace el pueblo del gobierno dan una medida de lo mal que la sociedad lo valora. Una de estas es: ¿qué es lo mejor que el gobierno ha hecho? El porcentaje más alto (38 por ciento) responde que son las medidas extraordinarias para el combate a la criminalidad. La otra pregunta es si esas mismas medidas están dando buenos resultados. El 58 por ciento dice que no, y, con un punto más (59 por ciento) piensa que dichas medidas no se mantendrán y no generarán una mejora real y sostenible en la seguridad pública. Es decir, cerca del 60 por ciento de la sociedad considera que lo mejor que está haciendo el gobierno no sólo no está dando buenos resultados sino que no servirá para nada. Y esto es lo mejor. De allí para allá es cuesta abajo.

Las dos terceras partes de la población consideran que el rumbo del país está equivocado y la mitad manifiesta que su situación económica se ha desmejorado en los dos años de esta administración. La respuesta más común a la pregunta de cuales san sido los desaciertos del gobierno fue la corrupción y el encubrimiento de funcionarios (18 por ciento). Con relación al gobierno anterior, también del FMLN, el 78 por ciento está en desacuerdo con la tregua, y el 55 por ciento considera que hubo corrupción en el caso del Chaparral. Es decir, le ha llovido fuerte al FMLN en su gobiernos actual y en el anterior.

El país no aguanta otro gobierno como este, y no va a elegir otra vez al FMLN al poder -- a menos que sienta que la alternativa es peor.

Cualquiera podría pensar que todo esto le brinda una gran ventaja a ARENA, mejorando su posición para los próximos eventos electorales. Esto, sin embargo, no es así. El 58 por ciento considera que ARENA no ha hecho un buen papel como oposición y el 62 por ciento, casi las dos terceras partes, manifiestan que ARENA no se encuentra mejor posicionado que antes de este gobierno de cara a las próximas elecciones. Es decir, las pérdidas del FMLN no han sido ganancias para ARENA. Tanto el FMLN como ARENA han caído catastróficamente en la evaluación del público, uno como gobierno, el otro como oposición y potencial gobierno.

Hay una interpretación torcida de estos resultados, que dice que la caída en prestigio de ambos partidos evidencia una pérdida de prestigio del sistema entero de partidos políticos. Digo que es torcida porque, con intención o si ella, quita la culpa a los partidos mismos. Es como echar la culpa al fútbol cuando todos los que compiten por un campeonato son malos equipos. No es que el pueblo vea mal a todos los partidos políticos en el mundo; no es que vea mal a la democracia sueca o a los partidos daneses. Los que le importan son los que hay en El Salvador. Y a estos los mira mal, independientemente del comportamiento de los partidos holandeses.

Elevando la discusión a la evaluación del régimen de partidos en el mundo entero, esta interpretación desvía la atención del verdadero problema, un problema en el que yo he venido insistiendo desde hace mucho tiempo: los partidos políticos del país han perdido el contacto con el electorado e, inmersos en sus propios temas internos, han olvidado el papel fundamental que los partidos políticos deben jugar en una democracia, y no le están ofreciendo al electorado las soluciones que éste necesita. Como consecuencia, el pueblo deja de votar (ver por ejemplo, "Secessio Plebis", de noviembre de 2013).

El FMLN se puede dar el lujo de no estar en contacto con la mayoría del electorado porque tiene un voto duro que lo apoya aunque produzca gobiernos incompetentes. Pero ARENA no es así. Como se vio en la segunda vuelta de las elecciones de 2014, ARENA necesita del voto del ciudadano no comprometido para ganar las elecciones. Y no lo está ganando sino que lo está perdiendo con su comportamiento de los últimos siete años. Y lo peor es que no se da cuenta y no quiere darse cuenta.

ARENA se ha vuelto insensible a la realidad circundante porque cree que ya ganó las elecciones presidenciales de 2019 y que el poder será del que lo arrebate en ARENA mismo tan temprano como sea posible. En esta ingenua creencia, se ha llenado de conflictos personalistas similares al de niños peleándose en una garduña. El problema no es que haya diferencias de opinión, y la solución no está en reprimirlas. El problema es que el partido, carente de la disciplina que da una sólida ideología y una institucionalidad fuerte, se ha vuelto presa del "bullying", la intimidación lograda a través de gritar más que los demás, de codear y patalear, y de amenazar con destruir al partido si la voluntad del "bully" no se cumple.

Así, el partido se ha convertido en el reino de "yo hago lo que quiero y si me reclaman me voy y pongo otro partido y divido la derecha y ARENA pierde las elecciones, y qué, y qué y qué". Lo que hay no es la diversidad de la democracia sino el caos de un palenque barato en el que los gallos están sueltos y se atacan en cualquier lado… Y, mientras tanto, dejan al FMLN hacer lo que quiera.

De esta forma, lo que la gente percibe es que ARENA está cayendo en una situación en la que los que hacen más bulla salen ganando aunque el partido y el país pierdan porque lo que quieren es satisfacer un ego desbalanceado y poco justificable. Pero por eso mismo el palenque se está haciendo cada vez más pequeño. Los gallos que ahora se pelean van a ser los reyes de un palenque sin audiencia.

Esto es una tragedia porque ARENA es la única esperanza que existe ahora para derrotar al FMLN, y si sigue así se va a convertir en un partido de segunda. ARENA no puede permitir que el partido caiga en manos de la matonería, que se detiene cuando encuentra límites pero se expande hasta llegar a la autodestrucción si no los encuentra.

Poner estos límites debe ser la primera prioridad del partido en este momento.

Demostrar que amenazar, y gritar e intrigar no son caminos al poder en ARENA. Que el camino es el verdadero liderazgo, que tiene que contener ideas aterrizadas para gobernar bien, un contacto directo con el pueblo, y la disciplina necesaria para poder arbitrar pacíficamente entre distintas ideas y personalidades. Los que ejercen la matonería no pueden pretender acceder a la presidencia, una de cuyas tareas constitucionales es (Artículo 168, inciso 3): "Procurar la armonía social, y conservar la paz y tranquilidad interiores y la seguridad de la persona humana como miembro de la sociedad".

Los que creen que el pueblo los admira porque son gritones deben entender que la gente percibe que si actúan en contra de este principio en su propio partido, ¿cómo no van a actuar en contra de él al pasar al plano nacional?