"Agradezco y quiero hacer esta noche un testimonio público a mi asesor y amigo, Joao Santana”. Ese fue el primer agradecimiento personal que brindó Mauricio Funes la noche del 15 de marzo de 2009 como presidente electo. Antes de dar las gracias a su familia, a sus hijos y a su entonces esposa, el exmandatario agradeció a un personaje que todavía no era conocido en la opinión pública salvadoreña, pero que ahora ocupa varios titulares de medios de comunicación por encontrarse detenido por orden de la justicia brasileña en un escándalo de corrupción, sobornos y lavado de dinero que involucran al Partido de los Trabajadores de Brasil, a la empresa petrolera estatal brasileña, Petrobras, y a la empresa Odebrecht. Los siguientes hechos justifican que todos los salvadoreños nos preguntemos, ¿quién es Joao Santana?, ¿qué es Polistepeque?, y ¿cuál es la responsabilidad del expresidente Funes en la contratación millonaria de esta empresa en 2009?
“Todos manipulan, todos persuaden. Existe un hilo muy débil que separa la persuasión de la manipulación”. Así se expresó Joao Santana en su bibliografía elaborada por el periodista Luiz Maklouf Carvalho. Santana es un publicista brasileño que se ha dedicado, durante las últimas décadas, a trabajar en esa área gris entre la manipulación y la persuasión como estratega de campañas electorales. Lo hizo con Lula y Rousseff en las elecciones de 2006, 2010 y 2014 –y tuvo éxito– con Chávez y Maduro en 2012 –y tuvo éxito– y con Mauricio Funes en 2009 –y tuvo éxito. De hecho, cuando las autoridades brasileñas decretaron su orden de captura, este se encontraba en República Dominicana, donde trabaja en la campaña de reelección del presidente Medina. Según la Policía Federal de Brasil, el publicista recibió cantidades millonarias de dinero a través de contratos fraudulentos de la empresa de construcción Odebrecht, vinculada a los escándalos de corrupción entre Petrobras y el Partido de los Trabajadores de Brasil.
“Se determinó que solo una empresa de las que opera en el país cumple con lo requerido, especialmente en contar, como parte de su estructura, con producción propia y amplia experiencia de su personal en el asesoramiento de estrategias gubernamentales a nivel internacional”. Esta fue la justificación dada por el gobierno salvadoreño el 9 de noviembre de 2009 para contratar de forma directa –es decir, sin licitación pública alguna– la millonaria publicidad de más de una docena de instituciones públicas a favor de la empresa Polistepeque Comunicación y Marketing, que había sido inscrita solo cinco semanas después de la toma de posesión de Mauricio Funes por Joao Santana. La ley permite este tipo de contratación cuando el servicio es brindado por un único proveedor en todo el país (artículo 72, LACAP), lo cual es sumamente cuestionable en el caso de la publicidad gubernamental. Mientras varios medios de comunicación informaron sobre esta controversial contratación, la Superintendencia de Competencia abrió una investigación (que luego cerró sin explicación alguna) y las organizaciones de sociedad civil FESPAD, ISD y FUNDE reportaron tal situación ante la Organización de Estados Americanos (OEA) en seguimiento a la Convención Interamericana Contra la Corrupción en febrero de 2010.
¿Cuál es la responsabilidad de Mauricio Funes en el caso Polistepeque? El juicio de enriquecimiento de ilícito al que se encuentra sometido el expresidente es una excelente oportunidad para responder esta pregunta. Curiosamente, al conocer su orden de captura, Joao Santana aseguró que en Brasil se vive un “clima de persecución”. Tal vez Mauricio Funes todavía se asesora de este maestro de la persuasión y la manipulación; o tal vez el argumento de la “persecución” solo sea una retórica común entre los que temen el peso de la verdad.
*Colaborador de El Diario de Hoy.
@guillermo_mc_