Bacanales en los reclusorios: ¿de qué se extrañan?

Desafortunadamente aquí no estamos en Japón o Alemania donde cualquier funcionario cuestionado, por más amigo que sea del “Macizo”, renuncia inmediatamente para someterse a la justicia

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11 March 2016

El acontecimiento en el Penal de Izalco seguramente se repitió en otros similares, lo que no debe extrañar en el contexto de la “Meritocracia de cabuya de puro” instaurada en la administración anterior y que consiste en nombrar en cargos delicados a personas de escasa idoneidad, discutible práctica de los valores y no muy abundantes escrúpulos.

En el mundillo criollo por lo visto a todo señalamiento se le da connotación partidaria, ideológica o con intención de desestabilizar ¡Vaya novedad! ¿Qué de confabulación política y antiética podría tener la denuncia de bailarinas que sacan cero en conducta en una bacanal de reclusos si los únicos responsables directos son el director del centro y el mando que autorizó la celebración?

El salvadoreño pensante y muchos otros que razonan con elemental lógica se hacen la pregunta ¿Es posible que una denuncia pueril como la anterior desestabilice más una situación ya desestabilizada por la imparable inseguridad pública, masacres como la de Opico, imposición de una reforma previsional, problemas hospitalarios, mosquitos del dengue, chikunguña y zika, éxodos internos por las pandillas, cierre de empresas importantes, embestidas tributarias, pérdida de cosechas, roya de los cafetos y más de la mitad de la población opinando que el rumbo del país es equivocado?

El gobierno en realidad debería de agradecer la denuncia y aprovechar la coyuntura para limpiar el andamiaje burocrático y sobre todo sanear las instituciones heredadas de la administración anterior y por lo menos dar muestras a la población de tener interés por combatir los malos funcionarios.

Desafortunadamente aquí no estamos en Japón o Alemania donde cualquier funcionario cuestionado, por más amigo que sea del “Macizo”, renuncia inmediatamente para someterse a la justicia. En el medio criollo se carece de valentía, nobleza y sensatez para aceptar los yerros, mientras algunos se hacen los gatos bravos y se niegan hablar, otros se hacen los sordos o se escudan en el trillado argumento que se trata de una persecución política. Y todavía más, se supo que para bajarle intensidad al desaguisado se dijo que las mismas celebraciones también tuvieron lugar en tiempos del PCN y ARENA. ¡Lo malo siempre es malo cualquiera que sea el tinte político de que se trate!

Los funcionarios se deben al pueblo, por lo que deberían escuchar más las opiniones de la gente, no de entrevistas preparadas donde se prohíbe disentir, tomar el pulso a la indignación de los que pagan los impuestos, escuchar los sectores de bajos recursos, a los profesionales, artesanos, etc. No se puede tapar el sol con los dedos de la mano y la actitud correcta y esperada del presidente es recibir la denuncia y proceder a la investigación, pero sin descalificarla antes, porque se supone que es gobernante de todos los salvadoreños y no solamente de la agrupación que lo impulsó.

En cuanto a las bailarinas en realidad no han hecho nada comparado con lo que ocurre afuera de las cárceles todos los días, quizá multiplicado por mil. Son docenas las señoritas que laboran en “Barras show” y tal vez cientos las que se ganan el sustento en casas de citas, prostíbulos, empresas de “Damas de compañía” y eso sin contar el difuso número de señoritas “modernas e independientes” capaces de cualquier cosa a cambio de prebendas, ascensos e invitaciones en oficinas públicas, universidades, maquilas, etc.


*Colaborador de El Diario de Hoy.