WASHINGTON. El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, informó que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el jueves la normativa que restringe el acceso al aborto en todo el país.
El texto, que salió adelante por una ventaja mínima en el Congreso, permite a los Estados que retiren la financiación pública a la organización Planned Parenthood, publicó ayer el periódico español El País.
Esa organización proporciona atención médica a millones de mujeres sin recursos en todo el país y sus servicios incluyen interrupciones de embarazos, lo que ha inspirado el rechazo de los republicanos, indica la publicación.
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El medio apunta que la firma de Trump es el último golpe a esa fundación en el marco de iniciativas políticas ultraconservadoras que durante los últimos años han intentado drenar sus recursos.“Si los Estados deciden retirar la financiación a Planned Parenthood, podrían forzar el cierre de la mayoría de sus clínicas. El republicano ha pasado de defender en el pasado el derecho al aborto a prometer que nombraría jueces al Tribunal Supremo que estén dispuestos a revocarlo. Sus acciones hablan ahora más alto que sus palabras”, dice la nota periodística.
Esta decisión presidencial se suma a lo que ya había hecho el actual vicepresidente Mike Pence cuando fue gobernador de Indiana; él fue quien lanzó la iniciativa para retirar toda la financiación federal a Planned Parenthood.
Celebran medida de Trump El periódico español recoge también algunas reacciones de organizaciones que promovieron la ley en contra del aborto, tras la firma de Trump.
“Dar prioridad a la retirada de fondos a Planned Parenthood es una victoria”, declaró Marjorie Dannenfelser, presidenta de Susan B. Anthony List, un grupo contra el aborto.
“Esperamos que el Congreso continúe con sus esfuerzos para alejar el dinero público de (la organización) a través de la reforma sanitaria”, añadió.
Pero la organización Planned Parenthood, a través de su vicepresidenta, Dawn Laguens, reaccionó diciendo que los ciudadanos “están hartos de que los políticos hagan que cada vez sea más difícil acceder a cuidados médicos y esta ley es el último ejemplo”, según cita El País.
Laguens expresó que EE.UU. debería centrarse en expandir la atención sanitaria en vez de dar un paso atrás. “Demasiadas mujeres todavía sufren obstáculos para ir al médico, especialmente las más jóvenes, afroamericanas, las que viven en zonas rurales y las que carecen de recursos”.
En la publicación se explica que la entidad Planned Parenthood recibe $550 millones anuales del presupuesto federal de EE.UU. y otros 60 millones de los Estados para cubrir los gastos médicos de mujeres que no pueden costearse la atención privada.
Se añade que sus principales actividades están en el ámbito de la planificación familiar, la prevención de enfermedades y la práctica de abortos, que supone el 3% de sus servicios.
La legislación estadounidense prohíbe financiar con dinero público las interrupciones de embarazos, salvo algunas excepciones.