España y El Salvador: una agenda común de democracia y desarrollo

Quiero asegurar a los salvadoreños que España está aquí, junto a ellos, dispuesta a colaborar con las autoridades en este gran desafío que es construir un El Salvador mejor, más próspero y solidario.

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16 March 2016

Siempre he seguido con interés y atención la actualidad en El Salvador, y no es una frase hecha, ya que los lazos que nos unen son demasiados como para ignorar a uno de los países más queridos por los españoles en esta región centroamericana. Y creo que España ha demostrado este cariño en varias ocasiones, en muchos campos y siempre a través de acciones que acercan más y más a nuestros pueblos: en la cooperación para el desarrollo, en la cultura, en el comercio y en nuestra agenda política.

En cooperación somos, aún a día de hoy, después de una dura crisis económica ya en vías de superación,  los primeros donantes, solo por detrás de los EEUU. Para España, El Salvador es un país prioritario y es el tercer receptor de cooperación española del mundo.

Definitivamente, queremos ser socios de El Salvador en su desarrollo. Con más de 200 proyectos en marcha, muchos de ellos en prevención y re-inserción, nos hemos puesto manos a la obra para contribuir  a edificar, junto con estas autoridades y la sociedad salvadoreña,  un futuro más próspero y justo. Pero estos objetivos pasan necesariamente, al igual que en Europa, por la creación de espacios de integración regional. España  cree firmemente en Centroamérica y eso lo hemos demostrado con el fondo España SICA, dotado de más de 56 millones de euros, destinados a consolidar un futuro basado en la integración regional en beneficio de los ciudadanos centroamericanos.

La cultura es un patrimonio común de salvadoreños y españoles, y es otra de las piedras angulares de nuestra estrecha relación. Y lo va a ser más este año cuando conmemoremos el 400 aniversario de la muerte de Cervantes, cumbre de la literatura en español, nuestro tesoro común. Con dos centros culturales con más de 45,000 visitas anuales, trabajamos día a día en acercar la cultura de forma inclusiva e integradora. Creemos firmemente en el potencial cultural salvadoreño, y nuestros centros van dirigidos a crear espacios de dialogo, libertad y creatividad que impacten, no solo el ámbito cultural, sino en la tolerancia social.
 
El comercio es otro de los pilares de nuestras relaciones. Somos el segundo socio comercial de El Salvador en Europa, y el  noveno en el mundo y nuestro interés por el país crece cada día, prueba de nuestra confianza en su futuro y capacidades. Nuestras empresas están presentes en prácticamente todos los sectores y queremos aumentar nuestra presencia participando en las oportunidades que van a definir nuestro futuro en común, especialmente en infraestructuras, tecnología, agroindustria  y energías renovables.
 
Nuestra agenda política es el reflejo de una singladura común y compartida de respeto soberano entre dos naciones hermanas. No podría ser de otra manera, con una significativa presencia de salvadoreños viviendo en España y cerca de 4,000 españoles en El Salvador, la mayoría de ellos con la doble nacionalidad y orgullosos de ser tan españoles como salvadoreños. Compartimos muchas agendas y objetivos internacionales, tanto en las Naciones Unidas como en la Comunidad iberoamericana de Naciones, cuna de importantes iniciativas que día a día refuerzan nuestras relaciones. También estamos presentes en la vida interna del país a través de los diferentes Consejos, especialmente el de Seguridad y Convivencia Ciudadana, para intentar contribuir a la solución de la grave crisis de seguridad que atraviesa El Salvador. 

Todo esto no es más que un reflejo del cariño  y proximidad que los españoles sentimos hacia los salvadoreños. Una relación que trasciende coyunturas y se instala en lo histórico; y es así como se explica el espíritu con el que España participó en los Acuerdos de Paz, a principios de los 90. Porque en varios sentidos, nuestro país compartió junto al pueblo salvadoreño el sufrimiento de un conflicto en el que varias de sus tragedias las sentimos como propias. Tal fue el caso de la matanza en la UCA de los  6 padres jesuitas, cinco de ellos españoles, y de una mujer salvadoreña y su joven hija la triste madrugada del 16 de noviembre de 1989. La aciaga fecha  ha recobrado actualidad con la reiteración del requerimiento de extradición de los militares implicados en la masacre  por parte del Juez de la Audiencia Nacional española, Eloy Velasco.  El gobierno de España, desde el máximo respeto a la soberanía e institucionalidad salvadoreña,  ni desea ni puede interferir en el funcionamiento de la justicia española, inquebrantablemente independiente, ni creo que las víctimas vayan a cejar en reclamar lo que se les debe: memoria, dignidad y justicia. Esperamos que, en esta ocasión, se atiendan sus justas peticiones.

Quiero asegurar a los salvadoreños que España está aquí, junto a ellos, dispuesta a colaborar con las autoridades en este gran desafío que es construir un El Salvador mejor, más próspero y solidario. Objetivos y deseos que son los mismos que albergamos para nuestro propio país.
 

*Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación del Reino de España.