Mujer saca a su hija de El Salvador para protegerla y pandilleros la matan en EE.UU.

La compatriota cuenta que mandó a traer a la joven porque creía que iba a estar segura con ella

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26 March 2017

María es una salvadoreña que huyó del país hacia Estados Unidos en el 2005 por miedo a que la Mara Salvatrucha (MS-13) se vengara de ella, pues cuenta que había sido testigo de un ataque armado y sospechaban que ella había cooperado con las autoridades.

Desde esa noche que salió a escondidas —cruzó la frontera de México y los Estados Unidos, caminó por el desierto durante seis días— se dedicó a ahorrar dinero para mandar a buscar a su hija y sacarla de la violencia. Pero la MS-13, uno de los grupos más violentos del mundo, también existe en Maryland y Virginia, en el área metropolitana de Washington D.C. Y como si se arrogase la representación del destino, la pandilla asesinó a la adolescente en enero de este año.

El cuerpo de la joven de 15 años de edad apareció el 11 de febrero de 2017 en un edificio industrial de Springfield, Virginia. Llevaba algo más de un mes muerta. Su madre había denunciado su desaparición de la casa familiar en Gaithersburg, Maryland, poco antes de la Navidad.

La policía del condado de Fairfax acusó a seis menores y cuatro adultos de 18 años por el homicidio, que se consideró un caso de violencia pandillera, y otros similares, entre ellos la desaparición de otra adolescente, de 17 años. "Una señal aleccionadora sobre el resurgimiento de la MS-13 en la región de Washington", interpretó Michael Miller en The Washington Post.

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La policía cree que la MS-13 es responsable de una serie de casos de tortura y asesinato sucedidos en la zona a lo largo de los últimos dos años. "En muchos de estos casos la víctima o el supuesto homicida —a veces, ambos— eran jóvenes adolescentes que habían entrado ilegalmente a los Estados Unidos desde América Central", como en este caso. Hace algunos años la prensa llamaba la atención sobre el tráfico de menores sin acompañante, y sus peligros.

"No sabía que aquí existía gente así", dijo María sobre los pandilleros que mataron a su hija. "Creí que era súper seguro traerla aquí conmigo".

El aumento de la actividad de la mara sucede en "un momento de intenso debate nacional sobre la inmigración y el cumplimiento de la ley", agregó Miller. "Como candidato, Donald Trump advirtió con frecuencia sobre los 'bad hombres' que llegaban de América Latina". Los mareros responden al retrato, aunque su historia mezcla la de El Salvador, Guatemala, Belice y Honduras con la de los Estados Unidos.

LA TRAVESÍA PARA LLEVAR A SU HIJA A ESTADOS UNIDOS

Durante más de diez años María fue para su hija una voz o una imagen en el teléfono. Tenía 12 años cuando María pagó $11,000 a un coyote para que la ingresara a los Estados Unidos, pero la policía detuvo y repatrió a la niña. Dos días más tarde, la menor de edad volvió a hacer las 3,000 millas (4,800 kilómetros). Las experiencias del abandono, el tráfico y la adaptación a otro idioma y otra cultura hacen que muchos adolescentes sean vulnerables a los vínculos con las maras. En la escuela, una organización para jóvenes latinos en riesgo advirtió que la chica salía con un pandillero, y le ofreció apoyo. Ella lo rechazó.

La primera vez que se escapó de su casa, al cabo de una semana llamó a la madre: "Ven a buscarme pero ten cuidado. No quiero que te vean porque te podría pasar algo", le dijo. Como la adolescente no le quiso contar qué había hecho, María decidió que la enviaría a vivir a Texas, donde tenían familia, luego de Navidad. Pero el 10 de diciembre la adoelscente volvió a esfumarse.

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Esa vez, fue la última, María miraba el perfil de Facebook de su hija para seguir sus pasos. "Enamórate de una chica como yo", escribió junto a una foto que la mostraba con un pasamontañas negro con emojis de dinero y armas. En Navidad vio una selfie de su hija con un joven que, supuso, sería su novio. Resultó uno de los imputados por su homicidio.

Cuando el 4 de enero la hija por fin la atendió, la mujer le rogó que regresara. "Me gustaría, pero ya no puedo", dijo. Se estima que murió dos días más tarde.

Entre los amigos de la joven en la red social muchos perfiles ostentaban calaveras, armas, ataúdes y otros signos de la MS-13. Algunos de ellos amenazaban a la joven: "Prepárate", "Ya dieron el permiso para liquidarte".

LA ANGUSTIADA BÚSQUEDA

María pegó afiches con la cara de la joven en distintos lugares, entre ellos en Springfield. Una mujer le señaló a un grupo de muchachos y le advirtió: "Tenga cuidado. Son peligrosos". Cuando les habló, se mostraron indiferentes. Pero María apenas había comenzado a marcharse cuando uno dijo: "A ésta hay que callarla". Días más tarde le robaron el automóvil. Y un par de días después una voz masculina le dejó un mensaje: "Tienes la lengua suelta. Sigues tú".

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La policía cree que la hija de María fue llevada por la fuerza hasta el edificio donde apareció su cadáver. Un video muestra el momento en que una muchacha de 17 años, traficada igual que ella desde El Salvador, la corta con un cuchillo de caza. Ambas habían sido novias de un aspirante a rapero, Christian Sosa Rivas, asesinado por haber dicho que era un líder de la MS-13. Se presume que la venganza de los mareros fue el homicidio de la chica.

Con información de infobae.com