Una enorme fosa clandestina, de alrededor de 100 pies de ancho, fue descubierta por las autoridades iraquíes en el desierto cerca de Mosul, según publicó The Washington Post.
El Estado Islámico convirtió el lugar en un sitio de ejecuciones de miles de personas, a quienes obligaban a alinearse en el borde de la fosa para ser fusiladas.
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Según la información, en ocasiones los cuerpos eran transportados en camiones para dejarlos en el enorme agujero llamado "khasfa".
Se desconoce la profundidad de la fosa debido a que los grupos terroristas la han tapado con explosivos para evitar que autoridades realicen una excavación.
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Miembros de la comisión de derechos de Irak, encargados de cartografiar las excavaciones, dijeron que no podían dar cifras de la cantidad que hasta el momento han encontrado.
A mediados del 2016 la Associated Press publicó el hallazgo de 72 fosas comunes del Estado islámico en Irak y Siria que contenía hasta 15,000 cadáveres y que se esperaba que fueran desenterrados.
