El presidente Donald Trump salió al paso de las acusaciones que han hecho a un grupo de sus asesores cercanos de que mantuvieron contacto con agentes del gobierno y la inteligencia rusa antes de tomar posesión.
Al respecto, descartó todos los señalamientos y dijo que ni él ni su equipo han sostenido llamadas telefónicas con personal ruso.
Esto sucede solo días después de que Trump solicitara la renuncia de su consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, porque perdió la confianza en él tras las revelaciones sobre sus contactos con el embajador de Rusia en Washington DC, según lo indicó el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.
En una rueda de prensa, Spicer negó que la salida de Flynn se deba a una cuestión “legal” por sus conversaciones con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak, sobre cuyo contenido mintió al vicepresidente, Mike Pence, y a otros altos cargos del Gobierno.
El portavoz explicó que Trump fue informado semanas atrás de que Flynn no había dicho la verdad sobre sus contactos con Kislyak y, después de evaluar el asunto, el nivel de confianza en su asesor “se erosionó” hasta el punto de que sintió que “tenía que hacer un cambio”.
Sin embargo, agencias de seguridad e inteligencia estadounidenses han determinado, tras intervenciones telefónicas, que algunos miembros del círculo de asesores del presidente tuvieron contacto con inteligencia del país euroasiático.
Ataques a los medios
Donald Trump aprovechó el tema de estos supuestos acercamientos para volver a atacar a los medios de comunicación, a quienes ha acusado desde el inicio de su mandato de reportar noticias falsas.
“Se puede decir lo que sea sobre Rusia, pero son noticias fabricadas por los Demócratas y la prensa lo retoma. Vi algunas de las personas a las que han implicado en las conversaciones con oficiales de inteligencia y nunca han estado en Rusia, nunca han hecho o recibido llamadas telefónicas con rusos ni saben de lo que se habla. Son noticias falsas” dijo el mandatario en una rueda de prensa en la que anunció a su apuesta para dirigir el Departamento de Trabajo.
Curiosamente, en la misma conferencia en la que encaró a los medios y les acusó de mentir, un periodista señaló que uno de los datos dados por el presidente era inexacto.
Trump dijo que su ventaja en colegios electorales fue la más alta desde la elección de Ronald Reagan, lo cual rápidamente desmintió el periodista que lo increpó.