El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela anunció que el periodo de renovación de las credenciales para los partidos políticos inicia el 18 de febrero y finaliza el 23 de abril.
La autoridad electoral indicó por medio de un comunicado que en este proceso, “deberán renovar el registro de sus militantes 59 organizaciones con fines políticos que no participaron en los dos últimos procesos electorales o que no alcanzaron una votación equivalente a 1% de los sufragios emitidos”.
Además, “cada partido tendrá dos días para la recolección de manifestaciones de voluntad de sus miembros”, con base en el censo de 2015.
La autoridad electoral anunció que habilitará 390 puntos que operarán siete horas al día. Esto daría únicamente 14 horas para que los partidos registren al 0.5% de sus militantes y que estos reiteren su voluntad de apoyar al partido de su preferencia.
Críticas de la oposición
El corto periodo que establece el Consejo Nacional Electoral para que los partidos se validen para las próximas elecciones ha traído críticas.
El rector electoral Luis Emilio Rondón señaló que el proceso “limita el derecho a la participación al aprobar proceso (...) en condiciones de casi imposible cumplimiento” y agregó que “dificulta el Derecho a la Asociación Política, lo cual es sumamente grave”.
Asimismo, dijo que los militantes de los 59 partidos “tendrán solo 14 horas hábiles para expresar su voluntad de pertenecer a esa organización” y que el CNE decidió usar solo 390 máquinas aunque “se requiere mucho más”.
A las palabras de Rondón se sumó Jesús Torrealba, secretario de la Mesa de Unidad Democrática, que reúne a los partidos de oposición.
“Por esta vía, el gobierno se encamina a imponer en Venezuela un sistema electoral como el de Cuba o Nicaragua”, dijo Torrealba, y añadió que buscan construir “un sistema electoral en el que quizá hagan elecciones, pero los únicos que compiten son ellos. Unas elecciones en las que la gente quizá pueda votar, pero no elegir, porque la inmensa mayoría de las organizaciones políticas podrían estar fuera de juego al imponerse un sistema de relegitimación imposible de satisfacer”.