Eric Schmitt-Matzen, o el Santa Claus de barba blanca y más de 300 libras, recibió la llamada de una enfermera amiga. Le pidió que fuera lo más pronto posible al hospital, pues, un niño de 5 años muy enfermo quería ver a Santa.
Únicamente con los tirantes puestos, Schmitt-Matzen se desplazó lo más rápido que pudo hasta el hospital en Knoxville, Tenesse, Estados Unidos.
Esto es lo que causa la pólvora en tu cuerpo
Una vez que habló con la madre y otros familiares del pequeño, pidió estar a solas con él.
"Cuando entré, él estaba allí, tan débil que parecía que estaba listo para quedarse dormido. Me senté en su cama y le pregunté: 'Dime, ¿qué es esto que escucho de que te vas a perder la Navidad? ¡No hay manera de que te puedas perder la Navidad! ¡Eres mi elfo número uno!”, le dijo. “¿De verdad?”, me preguntó, según recogen medios internacionales.
Luego, le dio un regalo, el cual logró abrir con gran dificultad.
Fotos: Celebridades de El Salvador comparten su espíritu navideño
"Él se sentó un poco y me dio un gran abrazo y me hizo una pregunta más: 'Santa, ¿puedes ayudarme?'
Schmitt-Matzen lo abrazó y el niño falleció en ese momento. Entre los sollozos de la madre, él se fue.
Este hecho le marcó la vida a tal punto que pensó en abandonar el personaje de Santa Claus.
Desanimado, lo intentó de nuevos y fueron las risas de los niños los que lo regresaron al lugar en el que él y muchos son felices.