Exdiputada: fue el mayor nivel de abstención en la historia de Nicaragua

Opositora al sandinismo considera que el actual “régimen” es ilegítimo

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Edipcia Dubón, exdiputada nicaragüense.

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07 November 2016

MANAGUA. La abstención de votantes en las elecciones generales del domingo en Nicaragua, en las que fue reelegido Daniel Ortega, fue el de mayor nivel en la historia electoral del país afirmó a El Diario de Hoy Edipcia Dubón, exdiputada que fue destituida por oponerse al sandinismo.

Ellas pertenece al opositor Movimiento Renovador Sandinista (MRS). 

Ayer, según los datos del Consejo Supremo Electoral (CSE), con el 99.8 % de las mesas electorales escrutadas, Ortega consiguió 1,803,944 votos, equivalentes al 72.5%, frente al 15% (373,230) de su principal rival, el exguerrillero de la “Contra” Maximino Rodríguez, de la opositora alianza Partido Liberal Constitucionalista (PLC). 

El CSE, bajo dominio sandinista, dijo ayer que el ausentismo fue del 42.8%, pero Dubón discrepa con este dato y afirma que la cifra es mayor. 

“Los porcentajes oscilan entre el 65% y el 78% según fuentes diversas. Es difícil establecer un porcentaje de manera contundente ya que Ortega canceló toda observación electoral a partir de junio de este año. Sin embargo, nadie niega que en este proceso se produjo el mayor nivel de abstención en la historia electoral de Nicaragua del último cuarto de siglo”, recalca ella.

Cabe recordar que el proceso electoral fue duramente cuestionado porque no hubo observación electoral y porque tampoco participaron las fuerzas opositoras debido a que fueron inhibidas cinco meses atrás mediante una sentencia de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

“Gobierno ilegítimo”

“Obviamente, la principal consecuencia de la abstención masiva es la ilegitimidad del régimen. A pesar de la avalancha propagandística la gente dijo: “¡No!” a Ortega, opina la exlegisladora.

 Para Dubón, “un gobierno ilegitimo es natural que sea un gobierno débil. Un gobierno que es respaldado por una minoría es un gobierno débil. Sin embargo, por hoy Ortega controla todo los recursos de poder del Estado, incluyendo los coercitivos ( policía y ejército)”. 

Ayer, según medios locales, el gane del sandinismo generó una feroz reacción de los partidos de oposición y coincidieron en calificarlo de “ilegítimo e ilícito”.

El dirigente del opositor Frente Amplio por la Democracia (FAD), José Pallais, consideró que los comicios fueron fraudulentos y favorecieron a una “dictadura familiar”: Ortega y la primera dama, “repudiada por los nicaragüenses”.

Para el politólogo Noel Vidaurre, el “pueblo nicaragüense demostró rebeldía y no fue a votar”.

La opositora Dubón pronostica que, inevitablemente, el deterioro económico en proceso, junto al malestar social, más temprano o más tarde desembocarán en movilización política y social.

Al preguntarle si los resultados pueden ser impugnados, ella explica que Ortega controla todos los poderes del Estado, entre ellos el CSE, y que por consiguiente no hay recurso legal alguno.

“La única opción es la resistencia popular y la existencia de elecciones auténticas. No hay otro camino”, dice.

Sobre Rosario Murillo, quien ocupará el puesto de vicepresidenta, Dubón opina que “puede verse de manera folklórica como un hecho digno de Macondo, pero también puede verse como la amenaza de una tragedia, como la amenaza de una dinastía”.

Esta “es una dictadura de nuevo cuño con pretensiones dinásticas. Él orteguismo ha pretendido usurpar y suplantar al sandinismo. El fracaso electoral del orteguismo demuestra que él sandinismo aún vive. Sandinismo no es igual a orteguismo”, finaliza.