Un poco más de 3.8 millones de ciudadanos están convocados a las urnas a partir de las ocho de la mañana de hoy domingo, para participar de una contienda electoral en la que el Frente Sandinista prácticamente eligió a sus contrincantes. El ambiente de escepticismo y apatía generalizada que se percibe en Nicaragua apunta a una gran abstención.
Al igual que muchos países del continente, Nicaragua tiene un sistema fuertemente presidencialista en el que el titular del Poder Ejecutivo es también Jefe de Estado por un periodo de cinco años.
Este día también se elegirá a 90 de los 92 diputados que ocuparán la Asamblea Nacional por los mismos cinco años (los otros dos son el presidente saliente, y el candidato a la presidencia que ocupe el segundo lugar), más 20 diputados al Parlacen.
Si los comicios precedentes -que siempre se planteaban como una lucha entre el bien (identificando como tal al principal candidato demócrata) contra el mal (personificado por Daniel Ortega, líder del FSLN)- han tenido altas cotas de participación, siempre por encima del 70 % a 75 %, estas del 2016 parecen ser la excepción. Una notable excepción.
“La opción es luchar en las calles y protestar para recuperar nuestros derechos”, asegura Ana Margarita Vijil, presidenta del Movimiento de Renovación Sandinista (MRS), una de las múltiples organizaciones políticas y de la sociedad civil que llaman a la abstención, por considerar que lo que hay es una farsa electoral.
“Debemos protestar y exigir nuestros derechos, si queremos que nuestro voto cuente, y que se respete la decisión de los ciudadanos”, insistió.
Desde las elecciones municipales del 2008, tanto la clase política nacional como los observadores internacionales han detectado y denunciado un sistema de irregularidades organizado para garantizar la ‘victoria’ de los candidatos del FSLN, aun pasando sobre la voluntad de los electores.
Farsa o no, el proceso electoral del 2016 ha sido completamente atípico: ni Ortega ni los otros cinco ‘competidores’ han hecho campaña, al punto que se considera un reto de conocimientos generales, ser capaz de decir los nombres de los seis candidatos.
“Creo que nadie en esta sala -excepto, quizás, los periodistas más informados- es capaz de decir cómo se llaman los seis ciudadanos que compiten por la Presidencia de la República. Yo mismo sólo me sé los nombres de dos o tres de ellos”, dijo el presidente de la Cámara Americana de Comercio de Nicaragua, Roberto Sansón, en un almuerzo con 200 empresarios en el que el exembajador de Nicaragua en Estados Unidos, Arturo Cruz, disertó sobre las relaciones entre ambos países.
Aunque muy poca gente podría responder al reto de Sansón, ese cuestionamiento no hace muy feliz a Maximino Rodríguez, candidato presidencial de la otrora maquinaria electoral del Partido Liberal Constitucionalista (PLC). Rodríguez aparece segundo en algunas de las encuestas que se han divulgado a nivel local, por lo que insiste en que la gente debe salir a votar.
“No le hagan daño al pueblo: todos debemos votar masivamente por la patria. ¡Más allá de los partidos políticos, más allá de las ideologías, más allá de los caudillos! ¡Es hora del cambio!”, insiste recordando que “derecho que no se defiende, es derecho que se pierde. Es cuestión de tener aunque sea un dedo de frente para darnos cuenta que si no votas contra la dictadura corrupta, quien gana es el dictador!”.
Opositores a Ortega llaman a la acción
Más allá de los llamados del candidato liberal, la actitud de los opositores es de considerar que el proceso electoral es una farsa, una pantomima, una broma de mal gusto, por lo que muchos de ellos llegan a las marchas de protesta disfrazados de payaso, aunque admitiendo que lo que está en juego es algo demasiado serio, como es la salud de la democracia y la continuación del estado de derecho.
Por ello, se giraron instrucciones a los ciudadanos y organizaciones que conforman el recién creado Frente Amplio por la Democracia para observar el día de votaciones, y documentar lo que ocurra en las juntas receptoras de votos a lo largo de todo el país.
De forma especial, se les ha pedido tomar fotos y videos, y enviarlos por WhatsApp, Messenger, Telegram o correo electrónico, especialmente para mostrar centros de votación con poca gente o vacíos, menores votando, uso de bienes del Estado para beneficiar al partido de gobierno, gente votando más de una vez, acciones violentas o conflictos, y ciudadanos explicando por qué no quieren votar.
Tanto las organizaciones políticas como los ciudadanos están creando hashtags para poblar las redes sociales con mensajes como #pulgareslimpios o bien #yonovote para mostrar el compromiso con el llamado a la abstención.
Esos testimonios serán especialmente útiles de cara a la esperada visita de alto nivel de la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA), pero también, para poder documentar de forma amplia, llegando a más lugares que los que pueden cubrir las cámaras de los periodistas.
Aunque no hay previsión de alteraciones al orden público ni grandes actividades de protesta, el aparato de gobierno y los militantes del Frente Sandinista están movilizados para garantizar el éxito de estas elecciones atípicas.
El resto del país está tranquilo. En sus casas, viviendo un fin de semana completamente extraño, en el que no muchos parecen tener planes para salir a votar.