COLOMBIA. Contra todos los pronósticos, la paz en Colombia no logró sortear el último obstáculo que necesitaba superar: las urnas.
Por un estrecho margen, los colombianos decidieron ayer no refrendar los acuerdos de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), para acabar con 52 años de conflicto armado. Con el 99.9% escrutado, el No se impuso con el 50.2% de los votos, frente a un 49.7% del Sí. De esta manera, Colombia amanece hoy desconcertada, polarizada y con una enorme incertidumbre.
Una semana después de la firma de la paz en Cartagena de Indias entre el Presidente Santos y Timochenko, el jefe de las FARC, Colombia le dijo “No” al proceso de paz y a los cuatro años de negociaciones en La Habana. Apenas se conocieron los resultados estallaron las lágrimas entre los seguidores del “Sí”, mientras que los partidarios del “No” coparon las calles de las principales ciudades del país para festejar.
El conflicto armado con las FARC ha dejado al menos 220,000 muertos y desplazado a casi ocho millones de colombianos.
Las elecciones se desarrollaron en completa tranquilidad en todo el país, dijo Luis González, de la Fiscalía General de la Nación y en lugares a donde los comicios eran más o menos hostigadas por la guerrilla, los ciudadanos se manifestaron satisfechos con la calma.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN), el grupo terrorista que sigue activo y desarrolla conversaciones con el país, anunció que no realizaría acciones ofensivas esta semana para favorecer las votaciones de la población, sobre todo en el área rural.
El plebiscito debía superar un umbral del 13% de participación electoral, es decir 4.4 millones de votos, mientras que 34 millones de colombianos estaban habilitados para acudir a las urnas. A pesar de que todas las encuestas le daban a la opción del “Sí” más del 60% de las preferencias frente al “No”, la campaña liderada por Santos no logró imponerse.
De esta manera, el gran ganador de la jornada era el expresidente Álvaro Uribe, quien llamó a votar por el “No” tras rechazar el supuesto hecho de que los terroristas que cometieron asesinatos o abusos no pasarían un día en la cárcel por la llamada “justicia transicional”.
Uno de los grandes fantasmas que rodeó la jornada fue la alta abstención. De hecho, sólo sufragaron 13 millones de ciudadanos (37% del padrón). Según el diario El Tiempo, el voto en las ciudades capitales fue determinante para el triunfo del No.
En medio de un ambiente de shock, los analistas colombianos sostenían que el triunfo del “No” se debía a la alta desconfianza ciudadana que aún generan las Farc, sumada a una supuesta arrogancia que exhibió Santos en las últimas semanas. El mandatario sólo cuenta con un 30% de apoyo popular y si bien su acuerdo de paz recibió elogios en el continente, en Colombia había escepticismo.
A su vez, la oposición insistió en que el proceso de paz se lo apropió Santos y la guerrilla, pero que se debió incluir a toda la sociedad colombiana. Incluso, líderes de la oposición solicitaban anoche que el próximo diálogo no debía tener lugar en La Habana, sino que en otra ciudad.
Antes del plebiscito también había muchas dudas por el tránsito hacia la política que debían transitar las FARC. Gracias al acuerdo, la guerrilla tendría cinco escaños en el Senado y cinco en la Cámara de Representantes asegurados durante dos períodos consecutivos a partir de 2018. Esto también generó rechazo y explicaría en parte el triunfo del No.
Tras el plebiscito, el próximo paso era la entrega de armas en 23 veredales y ocho campamentos especialmente designados por ambas partes, en un período de seis meses.
El acuerdo de 297 páginas contempla además una mejor distribución de tierra, el combate a las drogas y la sustitución de cultivos ilícitos, la participación política de organizaciones populares y el resarcimiento a las víctimas, entre otros puntos.