La rusa Anna Ozhigova, de 33 años, se suicidó luego de haber sido víctima de una cirugía plástica que le dejó las fosas nasales más amplias.
Por su fuera poco, la mujer se lanzó del apartamento de sus padres con su hijo de ocho años en brazos en la ciudad de Omsk.
Cuando lo hizo, la mujer sufría de depresión debido al aspecto de su nariz, que modificó mediante una cirugía plástica y terminó con las fosas nasales enormes, informó Daily Mail.
Además, se conoció que Ozhigova, antes de quitarse la vida, le contó a una amiga, mediante redes sociales, cómo la intervención había afectado su vida.
"No puedo sonreír. Ahora mis fosas nasales son tan grandes como las de un cerdo, y se han ido separando”, indicaba la mujer.
"Mi sonrisa se convirtió en un ceño fruncido, porque él (cirujano) me removió unos músculos sobre mi labio y cambió algo. Mi esposo me hace ‘oink' (como cerdo) cuando me ve”.
(La nariz de Anna tras la operación)
"No puedo aceptar la idea de que me veré así por siempre”, afirmaba la mujer a su amiga.
El Comité de Investigación Nacional manifestó que la mujer “dejó una nota en la que explicaba sus razones personales (del suicidio). El documento decía: “Quería felicidad, amabilidad y paz para Gleb, pero él está creciendo con rabia”.
De acuerdo con el periódico local Komsomolskaya Pravda, los cadáveres estaban cerca uno del otro en el momento en que las autoridades los encontraron, afirmó el medio.
Con información del Daily Mail y Pulzo