Negativa de Trump a reconocer resultados electorales repercute en la campaña

Después del último debate presidencial, los titulares fueron casi unánimes en citar una de las frases más trascendentes y polémicas de la noche

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El candidato republicano

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20 October 2016

WASHINGTON. La negativa de Donald Trump a decir que aceptará el resultado de las elecciones de noviembre si lo derrota Hillary Clinton repercutió con toda fuerza hoy en la campaña presidencial.

Preguntado en el debate de la ví­spera si aceptarí­a el resultado, "Trump dijo: "Se los diré en ese momento. Los mantendré en suspenso".

Sus palabras, en el tercer y último debate de la campaña, en Las Vegas (Nevada), cuestionan un pilar de una democracia, la estadounidense, que se presenta como modélica para el resto del mundo. 

Los principales medios estadounidenses reflejaron en sus portadas las palabras del magnate. 

Clinton calificó la respuesta de "aterradora".

La afirmación de Trump apunta a la perspectiva de que millones de sus partidarios no acepten el resultado del 8 de noviembre si él pierde, lo cual lanzarí­a a Estados Unidos a una situación sin precedentes. Las elecciones libres e imparciales en las que el vencido concede pací­ficamente la victoria al vencedor han sido el cimiento de la tradición democrática desde la fundación del paí­s.

"Donald Trump intenta derribar ese pilar", dijo el candidato vicepresidencial demócrata Tim Kaine al ser entrevistado por MSNBC.

Algunos de los partidarios del mismo Trump pensaron que se habí­a extralimitado. La comentarista de derechas Laura Ingraham dijo que su candidato "deberí­a haber dicho que aceptarí­a" el resultado. El Comité Nacional Republicano se vio en la situación insólita de oponerse a su propio candidato, al insistir que el partido "respetará la voluntad popular".

No existen pruebas de fraude electoral generalizado, y las autoridades electorales de ambos partidos y todo el paí­s han rechazado las acusaciones de Trump.

El republicano llegó al debate en desventaja en casi todos los estados reñidos y con la necesidad de torcer el rumbo de la campaña cuando faltan tres semanas para el dí­a de la elección y ha comenzado la votación anticipada en una treintena de estados. Una vez más apareció a la defensiva en una controversia que lo desví­a de sus argumentos principales y le impide concentrarse en las debilidades de Clinton. Aunque su respuesta probablemente no disgustará a sus seguidores acérrimos, difí­cilmente atraerá los votos que necesita para ganar.

La campaña continúa, ya en su recta final, y se espera que las próximas dos semanas sean las más agitadas ya que los candidatos deberán ir "a todo o nada" si pretenden inclinar la balanza de manera definitiva.

Tras el agrio último debate, los dos candidatos se verán nuevamente las caras este jueves en la cena de caridad Alfred Smith en Nueva York, una tradición en la que los aspirantes a la Casa Blanca deberán lanzarse bromas unos a otros en un ambiente distendido.