Para seducir a los votantes, Trump promete una rebaja masiva de impuestos

En su discurso, atacó las ideas económicas de su rival Hillary Clinton y dijo que  renegociará los acuerdos comerciales internacionales suscritos por Estados Unidos.

descripción de la imagen

El candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos

Por

08 August 2016

MICHIGAN. El candidato Donald Trump compareció ayer en Detroit (Michigan) para presentar los planes económicos de su candidatura e hizo lo que su equipo y buena parte del Partido Republicano le han pedido en los últimos días: no perderse en polémicas y salidas de tono y centrarse en atacar al verdadero enemigo, Hillary Clinton.

Su mensaje central fue: una presidencia de Clinton sería un desastre económico para EE. UU., mientras que sus planes pondrán “al pueblo estadounidense siempre primero” y recuperarán los empleos y el crecimiento.

“El rasgo común en cada una de las ideas de Hillary Clinton es que lo castiga a uno por trabajar y hacer negocios en Estados Unidos”, dijo Trump. Enfatizó que quiere “darle un empujón a Estados Unidos” y añadió que “ni siquiera será muy difícil”.

Trump, quien leyó su discurso de una pantalla en un centro de convenciones, fue interrumpido varias veces por manifestantes (todas mujeres) quienes se encaramaron sobre sus sillas y gritaron consignas. Aunque inaudibles, las consignas parecían coordinadas y en algunas ocasiones Trump las reconoció.

“Está muy bien planeado”, dijo en un momento. Adicionalmente, en otro: “Debo decir que la gente de Bernie Sanders tenía mucha más energía y ánimo”.

El candidato republicano eludió la confrontación y esperó pacientemente a que los manifestantes fueran desalojados de la sala por los agentes de seguridad.

Luego subrayó que Detroit, centro de la industria automovilística estadounidense y una de las ciudades más afectadas por la crisis de 2008, “es el vivo ejemplo de la agenda económica fracasada de mi rival (la demócrata Hillary Clinton)”. 

Anunció un plan económico que incluye “rebajas de impuestos para la clase media” y “recortes masivos” de las regulaciones federales, e insistió en su intención de renegociar los acuerdos comerciales internacionales suscritos por Estados Unidos. 

“Se trata de la mayor revolución fiscal desde Ronald Reagan”, recalcó el multimillonario sobre sus propuestas impositivas. 

En concreto, Trump citó como principales medidas la eliminación del impuesto de sucesiones, la reducción de la tasa a las empresas estadounidenses al 15 % desde el actual 35 %, y la desgravación de los gastos por el cuidado de hijos. 

Rebajaría y simplificaría también el impuesto individual de ingreso. De los siete rangos actuales, se pasaría a solo tres: 12 %, 25 % y 33 %. 

Cargó, además, contra las propuestas de Clinton como mera “continuación” de las políticas del actual presidente de EE.UU., Barack Obama, y señaló que la candidata demócrata representa “al pasado”. 

“Nuestra oposición hace tiempo que se quedó sin ideas (...) Nosotros somos la candidatura del futuro”, agregó. 

Para Trump, una de las principales causas de la mala situación económica en EE.UU. es el excesivo peso del Gobierno federal y la elevada carga de regulaciones, especialmente en materia medioambiental. 

“Cuando tome posesión del cargo, emitiré una moratoria temporal para frenar nuevas regulaciones”, dijo Trump en su discurso, de una hora de duración y que leyó íntegramente, algo poco habitual en el candidato, que presume de no seguir pautas marcadas y romper con la clase política tradicional. 

Adelantó, en este sentido, su intención de romper con el Acuerdo del Clima de París alcanzado a finales de 2015, que busca frenar el calentamiento global, ya que, a su juicio, desincentiva la inversión empresarial y la creación de empleo. 

Una vez más, se refirió a uno de sus ejes de campaña, la política comercial y su rechazo a los tratados comerciales internacionales por sus nefastos efectos sobre los trabajadores estadounidenses. 

“Tengo un objetivo fundamental, quiero que los trabajos y la riqueza se queden en EE.UU.”, enfatizó. 

Recalcó, de nuevo, que de llegar a la Presidencia sacaría a EE. UU. inmediatamente del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), pactado con otras naciones de la cuenca del Pacífico, y renegociaría el tratado de libre comercio de Norteamérica (TLCAN), sellado con México y Canadá hace dos décadas.