Luego de dos días consecutivos de debate, el Senado de Brasil tomó hoy la histórica decisión de destituir a la presidenta de ese país, Dilma Rousseff, por hacer maniobras para maquillar las cuentas fiscales de 2015.
Para aprobar la destitución de la ahora exmandataria era necesaria la votación de una mayoría calificada de dos tercios del Senado, equivalente a 54 votos, de los 81 senadores, pero 61 senadores votaron a favor de destituirla y 20 en contra.
El Senado también sometió a votación la inhabilitación de Rousseff, de 68 años, durante 8 años, pero no logró los votos requeridos, lo que implica que no perderá sus derechos políticos y podrá postularse a cargos públicos. En este caso hubo 42 votos a favor de inhabilitarla y 36 en contra, además de 3 abstenciones, cuando los necesarios eran 54.
La separación de la votación fue un logro del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil que pidió votar primero sobre su destitución y luego por la inhabilitación.
Tras esa votación será Michel Temer, vicepresidente del país, quien asume la presidencia de Brasil y deberá ser juramentado por el Senado para tomar posesión del cargo.
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El presidente del Tribunal Supremo, Ricardo Lewandowski, presidió los cinco días que duró el juicio político como garante constitucional del proceso que se llevó a cabo contra Rousseff, quien había sido suspendida de sus funciones desde que se instauró formalmente el proceso el pasado 12 de mayo. Desde esa fecha Temer ha fungido como presidente interino.
La votación para destituir a Rousseff es el corolario de un proceso que empezó en diciembre pasado y que ha sembrado una gran incertidumbre tanto en la política y el rumbo del Gobierno, como en una economía en una profunda recesión y casi paralizada desde hace meses.
Rousseff esperó la decisión del Senado en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia que ahora deberá desalojar, junto a su antecesor y padrino político Luiz Inácio Lula da Silva y algunos dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT).
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Por su parte, Temer aguardó en el Palacio presidencial de Planalto, próximo a la sede del Parlamento. Como nuevo presidente de Brasil, Temer tiene previsto partir esta misma noche o durante la madrugada del jueves hacia China para asistir a la Cumbre del G20, que sería su estreno en el ámbito internacional.