Hace tres años, Eric Noe Araujo Flores pidió a una conocida que lo ayudara a encontrar "amigos" en El Salvador.
La mujer lo puso en contacto con su sobrina, de 14 años de edad que estaba siendo amenazada por pandilleros. Eric, al conocer la historia de la menor, se ofreció para protegerla a ella ya su familia a cambio de tener relaciones sexuales con él.
Araujo Flores, vive en el condado de Loudoun, Virginia, EE.UU., visitó El Salvador tres veces durante 2013 y 2014 para tener relaciones sexuales con la chica. Luego le pagaba a la madre de la menor y les decía que era el único que las podía ayudar de alejarse de las pandillas.
Luego de un tiempo, la chica intentó suicidarse. Fue entonces cuando Eric llevó a la menor y a su madre a los Estados Unidos en junio de 2014, las instaló en un pequeño apartamento, no lejos de donde él vivía con su esposa, y dos hijas. Continuó abusando de ella por casi 8 meses, amenazándola que las iban a deportar si no se sometía. También dijo que iba a dejar de pagar por alquiler y la comida para ella y su madre.
En junio, el Eric de 34 años, fue sentenciado a 25 años de prisión por el delito de tráfico sexual y turismo sexual. Las autoridades lo declararon culpable en febrero pasado; la policía entrevistó a la chica el año anterior. Al completar la sentencia, incluso podría enfrentar la deportación, informa el Washingtonpost en su versión digital.
"El tráfico sexual y el turismo sexual son crímenes ocultos, y eso es lo que el acusado creía en este caso", dijo el fiscal auxiliar EE.UU. Michael J. Frank en la sentencia.
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A pesar de que el turismo sexual se hizo más fácil de procesar en 2003 y ha sido blanco de una iniciativa especial del FBI desde 2008, los casos siguen siendo difíciles de procesar debido a que las víctimas están fuera de su alcance.
Desde el arresto de Flores, dijeron los fiscales, la chica continúa sufriendo de trastorno de estrés post-traumático.
"Francamente, su vida es un desastre", dijo Frank en la corte.
Flores expresó en el juicio desconocer que la menor tenía 15 años, en lugar pensaba que contaba con 18 años.
Pruebas testimoniales aseguraron que él conocía la edad incluso antes de conocerla.
Además de su tiempo en prisión y cinco años de libertad supervisada, Flores fue condenado a pagar $ 40,370 en restitución a la víctima.