La tristeza y la rabia inundan el barrio de Bagdad blanco del atentado del Estado Islámico

Las familias de las víctimas realizan en esta jornada los funerales de sus seres queridos, mientras otros ciudadanos buscan todavía entre las ruinas a parientes desaparecidos

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Iraquíes rezan junto a los ataúdes de las víctimas de un ataque suicida con coche bomba en Bagdad.

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04 July 2016

Los habitantes del distrito de Al Karrada, en el centro de Bagdad, se vistieron el lunes de luto y expresaron su rabia contra la supuesta negligencia de las autoridades tras el atentado suicida que causó el domingo al menos 180 muertos y 230 heridos. 

Las familias de las víctimas realizan en esta jornada los funerales de sus seres queridos, mientras otros ciudadanos buscan todavía entre las ruinas a parientes desaparecidos. 

"La tristeza impera en Al Karrada ya que hay funerales en cada lugar. Las procesiones de los entierros prosiguen desde ayer y todavía se desconoce la suerte corrida por muchas personas", explicó a Efe el vecino del distrito Abu Ali al Ameri. 
Muchos de los cadáveres recuperados de entre los escombros están calcinados, según Al Ameri, que agregó que "el olor a muerte y la destrucción inundan la zona". 


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En opinión de este ciudadano, la destrucción causada por la detonación en los edificios y los coches es muy similar a la causada por "un fuerte terremoto". 

Ante esta tragedia, cientos de vecinos salieron después de la medianoche a la calle en Al Karrada para protestar contra lo que calificaron de negligencia mostrada por los responsables de seguridad, que fueron incapaces de impedir el atentado suicida. 

Una fuente del consejo local de Al Karrada dijo el lunes a Efe que la marcha partió de la plaza Kahramana y avanzó en medio de estrictas medidas de seguridad hasta el lugar del atentado, donde encendieron velas en recuerdo de las víctimas. 

Los manifestantes, entre los que se encontraban familiares de las víctimas, exigieron que los altos cargos de seguridad -a los que tildaron de corruptos- rindan cuentas por su ineficacia. 

Asimismo, pidieron a las autoridades intensificar la búsqueda de las personas que continúan bajo los escombros de los edificios destruidos por el estallido. 

La ira contra las autoridades quedó ayer de manifiesto en la recepción dada al primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, quien fue increpado y su convoy apedreado. 

El Gobierno iraquí ha asegurado que intensificará las medidas de seguridad, mantendrá su lucha contra el EI y ejecutará pronto a aquellos condenados a muerte por terrorismo. 

El atentado del domingo, perpetrado con una camioneta bomba en una avenida comercial de Al Karrada y reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), afectó especialmente a la comunidad chií y es el ataque individual más mortífero registrado este año en Irak.

Otra explosión se produjo el domingo en la calle Souk al-Shalal del barrio Shaab, al norte de la capital iraquí. En este ataque fue utilizado un dispositivo explosivo de fabricación casera. 

Los dos atentados han matado a por lo menos 200 personas, informan autoridades, cita Al Jazeera.