Asesinan a otra activista ambiental en Honduras

Las autoridades localizaron el cuerpo en un basurero de Marcala

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07 July 2016

Una ambientalista y defensora de los derechos indí­genas fue asesinada en el oeste de Honduras, cuatro meses después del homicidio de otra reconocida activista que provocó indignación internacional.

El Ministerio Público de Honduras dijo en un comunicado que abrió una investigación por el crimen de Lesbia Janeth Urquí­a, de 49 años, del Consejo Cí­vico de Organizaciones Populares e Indí­genas de Honduras (COPINH).

Las autoridades localizaron el cuerpo de Urquí­a el miércoles en un basurero de Marcala, una comunidad a unos 160 kilómetros al oeste de Tegucigalpa, un dí­a después de que desapareciera tras salir de su casa en bicicleta.

COPINH demandó justicia y calificó el crimen de "feminicidio polí­tico". La organización señaló en un comunicado que Urquí­a era una lí­der comunitaria que se opuso a proyectos hidroeléctricos en la región de La Paz.

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"Lesbia Yaneth fue una ferviente defensora de los derechos de las comunidades y opositora del concesionamiento y privatización de los rí­os en el departamento de La Paz", señaló COPINH, que responsabilizó directamente al gobierno hondureño de la muerte de la activista.
El vocero de la Policí­a, Eddie López, aseguró a The Associated Press que Urquí­a era una empresaria dueña de tres pequeños hoteles de Marcala.

El crimen de Urquí­a se suma al asesinato a tiros a principios de marzo de la activista y lí­der de COPINH, Berta Cáceres, quien habí­a denunciado amenazas por sus protestas en contra de la construcción de la prensa de Agua Zarca en tierras ancestrales de los indí­genas Lenca.

Cáceres ganó prominencia internacional cuando fue galardonada con el prestigioso Premio Ambiental Goldman en 2015.

En mayo, las autoridades anunciaron la detención de cuatro personas presuntamente ligadas al asesinato de Cáceres, incluido un hombre que trabajaba en el proyecto de Agua Zarca y un oficial militar en activo.

Dos semanas después del asesinato de Cáceres, otro activista de la misma organización, Nelson Garcí­a, murió tras recibir varios tiros cuando llegaba a comer a su casa al norte de la capital hondureña.

Global Witness, una organización internacional con sede en Londres, considera a Honduras como el paí­s más peligroso para los ambientalistas. Según sus propios recuentos, sólo entre 2002 y 2014 fueron asesinados 111 activistas.