Las autoridades estadounidenses investigan hoy la matanza de 5 policías en un ataque coordinado registrado anoche durante una protesta contra la violencia policial que se desarrollaba pacíficamente en el centro de Dallas (Texas).
Aparte de los cinco agentes muertos, hay otros siete policías y dos civiles que resultaron heridos, en lo que se considera ya la peor matanza de policías registrada en Estados Unidos desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Las autoridades han dado cuenta de la detención de 3 sospechosos y de que hay uno más que resultó muerto, pero no han divulgado el motivo o la identidad de los atacantes.
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El jefe de la policía de Dallas, David Brown, aseguró que dos de los atacantes se habían apostado en posiciones elevadas como si se tratasen de "francotiradores" y que llevaron sus ataque "a modo de emboscada".
Algunos de los seis agentes de policía que resultaron heridos de bala han sido operados en los hospitales a los que fueron trasladados, pero las autoridades no han revelado la gravedad de su situación.
El ataque se produjo cuando los manifestantes, al igual que ocurría en otras grandes ciudades del país como Nueva York, Los Ángeles o Atlanta, protestaban por los últimos incidentes de violencia policial con tintes raciales registrados en EEUU.
En concreto la protesta se debía a la muerte de Alton Sterling, un hombre negro al que dos policías blancos dispararon el martes a quemarropa cuando lo tenían sometido en el suelo en Baton Rouge (Luisiana), y del joven Philando Castile, muerto el miércoles en Falcon Heights (Minesota) al ser disparado por un policía que le paró en su vehículo por una infracción de tráfico.
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Desde Varsovia, donde se encuentra para asistir a la Cumbre de la OTAN, el presidente de EEUU, Barack Obama, condenó este "ataque atroz, calculado y despreciable" contra agentes de la policía para el que "no hay justificación posible" y prometió que "se hará justicia".
Obama dijo que había hablado con el alcalde de Dallas, Mike Rawlings, para transmitirle sus condolencias y ofrecerle la ayuda del Gobierno tras esta "tremenda tragedia" y confirmó que un civil también resultó herido en el ataque.
"Dejemos claro que no hay justificación posible para este tipo de ataques o para cualquier violencia contra los agentes de seguridad. Cualquier implicado en estos asesinatos acabará rindiendo cuentas", aseguró.
Las autoridades mantienen cerrada una amplia zona del centro de Dallas escenario de los ataques y el portavoz de la policía local, Dale Bernard, aseguró que esta medida se mantendrá "hasta que concluyan las investigaciones".