FILADELFIA. El senador independiente, Bernie Sanders, consideró anoche que Estados Unidos necesita un liderazgo capaz de unir a los estadounidenses como el de su rival en las primarias, Hillary Clinton, y no la “división” del candidato republicano, Donald Trump.
“Necesitamos un liderazgo que nos una y nos haga más fuertes, no un liderazgo que insulta a los latinos, a los mexicanos, a los musulmanes, a las mujeres, a los afroamericanos, a los veteranos y enfermos para dividirnos. Por eso, Clinton debe ser la presidenta de EE.UU.”, destacó Sanders en la Convención Demócrata.
El senador por Vermont dijo que la elección presidencial de 2016 se trata de elegir a quien entienda los “verdaderos problemas” que el país enfrenta y pueda ofrecer soluciones.
“Esta elección no es ni nunca ha sido sobre Hillary Clinton, Donald Trump o Bernie Sanders u otros candidatos”, dice Sanders. No es sobre estrategias, ni sondeos ni estas cosas que tanto gustan a los medios, continúa. “Es sobre, y debe ser, sobre las necesidades del pueblo americano”, dice. “Es para acabar con el declive de 40 años de nuestra clase media”.
Sanders dijo al principio que nadie está más decepcionado que él de que no haya ganado la candidatura presidencial demócrata.
Pero el senador por Vermont exhortó a sus partidarios a sentirse orgullosos por la revolución política que lanzaron para transformar al país.
Sanders dijo en su discurso en la Convención Nacional Demócrata que los días de elecciones van y vienen. Pero que “la lucha de nuestro pueblo por crear un gobierno que nos represente a todos y no sólo al 1%, un gobierno que se base en los principios de justicia económica, social, racial y ambiental, esa lucha continúa”.
Está por ver qué efecto tendrán sus palabras entre sus seguidores más recalcitrantes.
Y es que los delegados de Sanders corearon el nombre del senador federal de Vermont durante el inicio de la convención y abuchearon vigorosamente cualquier mención a su adversaria Hillary Clinton. Tras el escenario, Sanders y su oficina de campaña trataban de persuadir a sus delegados para que no afectaran los procedimientos.
“Nuestra credibilidad como movimiento será dañada con abucheos, si se da la espalda, si se retiran o con otros despliegues similares”, dijo Sanders en un correo electrónico enviado a los delegados, en el que señaló que su petición era una “cortesía personal” hacia él.
Antes que Sanders, la Primera Dama de EE.UU., Michelle Obama, ofreció un apoyo inequívoco a Hillary Clinton.
Obama dijo que Clinton “una ex secretaria de Estado, senadora y ex primera dama ella misma” “es la persona que realmente creo que está capacitada para ser presidente de Estados Unidos”.
Señaló en su discurso que Clinton “nunca se doblega bajo presión”. Afirmó que Clinton sería el tipo de presidente que ella quiere para sus propias hijas.
Michelle Obama señaló la reacción de Clinton ante su derrota en las elecciones primarias demócratas de 2008 frente a Barack Obama: “Clinton no se enojó o desilusionó”, “y no empacó y se fue a casa”.
Agregó que Clinton “nunca ha renunciado a nada en su vida”.