Niza (Francia), 16 jul (EFE).- Mohamed Boulhel, autor de la masacre de Niza y considerado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) como uno de sus "soldados", no había dejado en su entorno ningún signo de radicalización religiosa, recuerdan hoy varios de sus vecinos y allegados consultados por Efe.
En el barrio de Abattoirs, donde residía desde hace año y medio, los vecinos le describen como alguien discreto, "algo raro", muy serio, mujeriego y extremadamente musculoso.
"Nunca saludaba. Yo le decía 'buenos días' y él desviaba la mirada", relata Sébastian, el vecino de arriba del apartamento del primer piso de Boulhel.
Nada hacía pensar a sus vecinos que tras el rostro cerrado de este hombre se escondieran sus intenciones asesinas.
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"Se le veía con su camión de reparto, pero nunca iba a la mezquita", afirma el hombre, quien señala que con el resto de sus vecinos comentaban que era "un tipo raro".
Sébastian recuerda que hace tres meses hizo obras en casa. "Hacía mucho ruido. Todos los días, los viernes, los sábados, los domingos. No paraba. Yo golpeaba en el suelo porque molestaba. Un día llamé a su puerta para que parara porque ya era tarde. Ni me abrió".
Sus allegados le describen como una persona solitaria, algo iracunda, lo que justifica sus problemas con la Justicia, en particular los seis meses de cárcel sin cumplimiento a los que fue condenado en marzo pasado tras haber agredido con un palet de madera a otro automovilista tras un altercado de tráfico.
A Boulhel le gustaba presumir de sus conquistas femeninas, bailar salsa y acudir a gimnasios, sobre todo en los últimos meses, cuando parece que había decidido mejorar su aspecto físico.
Algunos de ellos cuentan que su carácter se agrió aun más desde la separación. Se quejaba de que tenía problemas para llegar a fin de mes, para pagar la pensión alimentaria de sus hijos.
Las autoridades francesas no tenían rastros de su radicalización, por lo que no estaba vigilado por los servicios de inteligencia, según el fiscal antiterrorista, François Molins. No frecuentaba la mezquita, no respetaba el ramadán, bebía alcohol y comía cerdo, según diversos testimonios, incluido el de su padre, que vive en M'saken y que habló para la cadena francesa BFMTV.
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