El hombre que más se beneficiaría del triunfo electoral de Pedro Pablo Kuczynski en Perú sería el padre de la candidata a la que derrotó por un cerrado margen: el encarcelado exmandatario Alberto Fujimori.
Algunos analistas indican que su mejor posibilidad de aliviar las hostilidades podría ser la liberación de Alberto Fujimori a un arresto domiciliario, sacándolo de la prisión en la que cumple una sentencia de 25 años por delitos de corrupción y por su autoría mediata en el asesinato de 25 peruanos ejecutados por escuadrones de la muerte que actuaron bajo su conocimiento según los jueces que lo condenaron en la década de 1990.
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Durante la campaña, Keiko Fujimori firmó una promesa de jamás promulgar un indulto, un acto que tenía la intención de mitigar los temores de que su padre podría estar orquestando su gobierno. Kuczynski podría ser más flexible.
En su primera entrevista como presidente electo, reiteró que está en contra de amnistiar a Fujimori, pero que aprobaría una legislación que le daría derecho a los reclusos de mayor edad, incluyendo al exmandatario de 77 años, de concluir sus condenas bajo arresto domiciliario.
Sin embargo, dijo que tiene dudas de si el partido de Fujimori, Fuerza Popular, presionaría por un resultado de ese tipo porque muchos leales conservadores lo considerarían un revés político.
"Ellos quieren que salga por la puerta ancha, pero acá ha habido un proceso", dijo Kuczynski a la revista Semana Económica.
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