FBI entrevistó 3 veces al atacante del bar y lo dejó ir

El Buró de Investigaciones dice que el tipo se radicalizó en Internet

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Centenares de personas participaron ayer en una vigilia frente a la Casa Blanca para recordar a las 50 víctimas de la masacre en una discoteca gay. 

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13 June 2016

FLORIDA. Omar Mateen, 29, nació de padre y madre afganos en Nueva York, y el FBI lo tuvo años bajo supervisión y, de hecho, lo entrevistaron tres veces por vínculos sospechosos, pero determinaron que no era una amenaza.

El domingo atacó un bar gay de Orlando, Florida, llamado Pulse, donde mató a 50 personas e hirió a 50 más.

Mientras llevaba a cabo su sanguinaria masacre llamó al 911 de emergencia y proclamó su lealtad al grupo radical Estado Islámico.

Durante la llamada al servicio de emergencia, Mateen también hizo referencia a Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, responsables del ataque durante el internacionalmente famoso Maratón de Boston 2013, como con Mohammed Abu Salha, un floridano que en 2014 se convirtió en el primer atacante suicida estadounidense en Siria.


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El agente especial de la FBI, Ronald Hopper, dijo que el Buró Federal de Investigaciones habían tomado interés en Mateen en dos ocasiones: una, en 2013,  cuando trabajaba como agente de seguridad en un tribunal de Florida, después de hacer  comentarios sobre terrorismo que causaron alarma entre sus compañeros de trabajo. 

En esta ocasión,  Mateen aseguró tener conexiones familiares con Al Qaeda y ser miembro de Hezbollah, una organización terrorista chiita que es enemiga del Estado Islámico (EI). También dijo que esperaba que la policía efectuara una redada en su departamento y atacara a su esposa e hijo para hacerse mártir.

  Agentes lo presentaron con fuentes confidenciales, grabaron conversaciones, le dieron seguimiento y monitorearon sus comunicaciones en busca de posibles conexiones.

Aunque Mateen aceptó haber hecho las declaraciones, dijo que lo hizo molesto porque sus compañeros lo discriminaban por ser musulmán. Al cabo de la investigación, el FBI cerró el caso, siempre según Hopper.


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Un año después el nombre de Mateen afloró incidentalmente cuando el FBI investigaba a Mohammed Abu Salha, el estadounidense que cometió un acto suicida en Siria, toda vez que ambos se conocían de manera casual por asistir a la misma mezquita en Florida. 

El FBI también intentó esclarecer los motivos de un viaje que Mateen hizo a Arabia Saudí, pero los servicios secretos saudíes no les proveyeron ningún dato significativo.

“Nuestra investigación no encontró ninguna vinculación de consecuencia entre ambos”, explicó el director del FBI, James Comey.

Ni los Tsarnaev ni Abu Salha fueron inspirados por el EI, lo cual “agrega a la confusión sobre sus motivos”, agregó.

Hopper, por su parte, afirmó que la FBI entrevistó tres veces a Mateen, pero determinaron que no era una amenaza y le dieron carpetazo a su expediente.

Detectives dijeron que Mateen adquirió dos armas, una pistola y una arma larga, unos días antes del ataque.

Las armas que utilizó el atacante son una pistola Glock 17 alemana y un rifle semi-automático tipo AR

Mateen trabajaba para una la compañía de seguridad G4S desde 2007, por lo que tenía dos permisos para portar armas que se vencen en septiembre 2017.

Comey reconoció que el sistema de chequeo de antecedentes del FBI para la compra de armas no limita a alguien con una investigación ya cerrada por radicalismo.

“El sistema está organizado de modo que, si una investigación está cerrada, no se presentan notificaciones cuando se compra un arma (y se realiza una confirmación de antecedentes)”, añadió.

Comey aseguró que hay “fuertes indicaciones de que el autor de las muertes se radicalizó en internet” y, por el momento, no hay pruebas de “que fuera dirigido desde fuera de Estados Unidos o que fuera parte de ninguna organización”.

No obstante, el jefe del FBI señaló que la investigación ahora se centra en analizar sus comunicaciones y dispositivos electrónicos y en “saber quién sabía qué o si alguien le asistió”.