Acusan a Daniel Ortega de anular a candidatos opositores

Disidente sandinista  asegura que el mandatario y candidato del FSLN, quiere ir a comicios de noviembre  “sin oposición electoral”.

descripción de la imagen

Los ciudadanos en Nicaragua parecen indignarse en las redes

Por

18 June 2016

El disidente sandinista, Edmundo Jarquín,  consideró ayer que el presidente de Nicaragua y candidato a la reelección, Daniel Ortega, quiere ganar las elecciones de noviembre próximo sin “oposición electoral”. 

Según Jarquín, quien fue candidato a la Vicepresidencia por la principal alianza opositora en los comicios pasados, la decisión de la Corte Suprema de Justicia, controlada por magistrados afines al Gobierno, de dejar sin opción de participar en las elecciones a la más activa coalición opositora, tiene ese fin. 

“¿A qué apuesta Ortega?, es pregunta que muchos se hacen porque en pocos días ha adoptado un conjunto de decisiones que, aparentemente, van contra la elemental lógica de no abrir, en cualquier competencia o conflicto, varios frentes”, razonó Jarquín en un programa de radio. 

“Ha cancelado toda apariencia de juego electoral democrático, desoyendo muchas voces, incluyendo algunas que deberían importarle, como la Conferencia Episcopal y el Cosep (Consejo Superior de la Empresa Privada)”, que han expresado su preocupación por el intento del Ejecutivo de instalar un régimen de partido único en el país, observó el dirigente opositor. 

Se refería al fallo de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia que eliminó ayer la personalidad jurídica al opositor Partido de Acción Ciudadana (PAC), que apoyaba la Coalición Nacional por la Democracia. 

La medida contra el PAC surgió días después de que esa misma sala quitara la representación legal del Partido Liberal Independiente (PLI), que encabezaba la coalición opositora, al dirigente y diputado Eduardo Montealegre, en ese cargo desde 2011. 

La sala confirmó que el representante del PLI es un miembro de otra facción de ese colectivo, Pedro Reyes, calificado por Montealegre como “colaboracionista” del oficialismo. 

Para Jarquín, todas esas decisiones responden al cálculo de una estrategia de Ortega de “controlarlo todo”.