Carta a ARENA

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10 mayo 2013

Estimados dirigentes y bases del partido opositor:

Ustedes pueden tomar la carta del diputado Gustavo Escalante como muestra de que las fuerzas del mal les siguen haciendo daño —y seguir llorando. O la pueden tomar como muestra de que algo va mal en el partido y su fracción legislativa —y cambiar lo que haya que cambiar para que los problemas se resuelvan y ustedes, en vez de perder gente, puedan volver a crecer.

Lo hicieron en el 2009. En vez de seguir llorando sobre la leche derramada entendieron que la salida de los primos Saca y su gente, lejos de debilitar al partido, era la oportunidad de renovarlo. Empezaron a trabajar y a renovar, de manera muy lenta, cautelosa y no muy clara, pero hubo cambios. El resultado: volvieron a ganar las elecciones legislativas y municipales del 2012.

Obviamente, los cambios internos no eran suficientes. Quedaron a medias. Arrastraron problemas y vicios viejos. Pero no piensen que los únicos problemas que arrastraron fueron los cinco diputados que luego se fueron. Igual arrastraron viejos métodos de conducir un partido y una fracción legislativa —o de no conducir, dirían algunos.

Por esto les digo: Si sólo buscan culpables afuera del partido, hombres de maletas negras que compran y corrompen voluntades políticas, andan mal.

Hay quienes están observando todo esto gustosamente, esperando que se cumpla su propia profecía de que ARENA va a una derrota anunciada. Algunos harán todo a su alcance para que así sea, para luego poder decir: Yo les dije...

Pero también hay muchos, muchos más, dentro y fuera del partido, quienes esperan que ustedes den un salto de calidad y aceleren el proceso de renovación. Lo decisivo no son los cinco diputados que se fueron y que ahora buscan huesitos por otros lados. Lo decisivo tampoco es si Gustavo Escalante al fin se queda apoyando ARENA o termina con Saca. Lo decisivo son los cientos de miles de ciudadanos que están observando cómo ustedes reaccionan a esta crisis. Tomando la crisis como oportunidad de ponerse las pilas y abrirse a la sociedad y la crítica, o enconchándose y limitando la crítica...

A mí me vale qué van a hacer y cómo van a votar Patty Figueroa o Gustavo Escalante. Pero me importa qué estarán haciendo ustedes con la responsabilidad que asumieron de construir un nuevo liderazgo y un proyecto político para el país. Les tengo que decir: Por ahora, no veo ninguno de los dos.

Saludos, Paolo Lüers