Una familia danesa tuvo un encuentro cercano con un grupo de jirafas hambrientas que metieron su cabeza y cuello hasta el interior del bus en que paseaban.
Las jirafas curiosas se empeñaron en conseguir el poco de zanahorias que ofrecía una nerviosa mujer, quien entre risas y gritos no paraba de esquivarlas.
El hecho ocurrió en el Safari Park Aloha en Carolina del Norte, Estados Unidos.